jueves, 30 de septiembre de 2010

Porcicultores deben alimentar más gente respetando el ambiente

Desde Buenos Aires, Argentina, nos llega el resumen de la Reunión de la Comisión de Carne de Porcinos, celebrada durante el 18avo Congreso Mundial de la Carne, del 26 al 29 de septiembre de 2010. La Comisión de Carne de Porcinos, fue presidida por el Secretario Ejecutivo, Geert Janssen, quien consideró que el crecimiento demográfico es una gran oportunidad para el sector que hay que “aprovechar de manera sustentable”.



Por su parte, Frans Van Dongen, de la Industria Holandesa de Carne, habló sobre las barreras arancelarias y no arancelarias que dificultan el comercio mundial de carne porcina. En este sentido, el especialista dijo que el comercio crecerá un 1,8 por ciento en los próximos años, sobre todo por el aumento de la producción en Rusia (3,8%); China (3,3%) y Brasil (3%). Asi mismo, el consumo mundial aumentará un total de 1,6%, liderado por China, cuyo consumo crecerá un 10 por ciento para 2012. Van Dongen dijo que los precios mundiales no sólo están aumentando, sino que también se están unificando. “El crecimiento mundial está siendo constante; la Unión Europea se recuperó de la caída que tuvo en 2008 y 2009, aunque también hay que decir que algunos países europeos están importando carne porcina”. Otro de los países cuyo crecimiento en producción y consumo destacó es Brasil, país que no sólo está produciendo para el mercado interno, sino también para la exportación. Dentro de Europa, Alemania es el país que lidera el crecimiento: desde 2000, su producción aumentó un 22% y el principal destino de sus exportaciones es China. Otros países que registraron crecimientos importantes fueron Dinamarca y España. Mientras tanto, en la región de América del Sur, Van Dongen destacó la producción de Chile. Sin embargo, el especialista señaló que “todavía tenemos ciertos dolores de cabeza en el sector, provocados por las barreras arancelarias, como por ejemplo los impuestos a las importaciones que rigen en varios países del mundo, así como también las barreras no arancelarias”. En este sentido, Van Dongen le apuntó a las medidas fitosanitarias; a la falta de articulación entre las legislaciones de los distintos países; a los requerimientos de etiquetado de origen, entre otros aspectos. “Mientras la problemática sobre las barreras arancelarias serán tratadas en el marco de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, las barreras no arancelarias deben ser tratadas entre todos cuanto antes. Una buena oportunidad para ello será el Congreso sobre mercado porcino que se realizará en Alemania el año que viene”.


Por su parte, Paul Brand, Presidente de la Asociación de Carnes Alemana explicó que el consumo de carne porcina depende de sectores de altos recursos, cuya demanda está aumentando en diversos países del mundo, así como también por el aumento demográfico en países en desarrollo. Sin embargo, también señaló que la pobreza ejerce presión sobre la utilización de alimentos para animales. “Algunos sectores cuestionan que se destine tanta plata en alimentos para animales cuando hay gente que no tiene para comer”, dijo. Asimismo, el panelista dijo que la creciente globalización implicó un aumento de la concentración de los mercados, lo que genera rechazo en los consumidores. Según él, el consumo en los países de la OCDE se mantendrá estable, mientras que en aquellos que no pertenecen a la misma registrará un aumento en los próximos años. Para el especialista, este aumento de la demanda sumado al encarecimiento del sector energético empujará los precios de la carne porcina. “Habrá un aumento del 17% en promedio tanto de la producción como del consumo de aquí hasta 2019”. Luego, Brand se refirió a la sustentabilidad del negocio y consideró que la misma “es mucho más que la emisión de gases o la cuestión energética. Tiene que ver también con el cuidado animal, el origen y la trazabilidad de los productos y con el cuidado de regiones y poblaciones vulnerables”. El especialista criticó recientes estudios de la FAO, que aseguraban que el 18 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero eran producidos por la agricultura, dato que luego se verificó no era cierto. “Hay que tener mucho cuidado con estos datos”, advirtió. Por último, Brand opinó que el sector porcino tiene mejores perspectivas que otros sectores y que se está acercando mucho al avícola. “Se puede mejorar de todas maneras la sustentabilidad del sector, mediante la introducción de mejoras en el cuidado animal (sobre todo en lo que tiene que ver con el método de faena, para aminorar el sufrimiento de los animales), la mejora de los sistema de legislación para transportes (que hoy genera rispideces entre los países dentro de la Unión Europea)”. Para Brand, el rotulado de origen se usa en muchas ocasiones para beneficiar a determinadas regiones protegidos por grupos de presión. “Tenemos que encontrar soluciones inteligentes para un mercado en aumento tanto de la demanda como de la producción. Y las soluciones pueden venir por el lado de la investigación y la comunicación”, concluyó.


Por su parte, Erin Daley, economista de la Federación de Exportación de los Estados Unidos, moderó un debate del cual participaron tres especialistas. Daley advirtió que los consumidores son presionados por diversas ONGs. “Tenemos que encontrar la manera de seguir siendo competitivos con este tipo de presiones a los consumidores. Se da una paradoja: hay un mundo en desarrollo, con mayor demanda, pero a su vez con mayores restricciones para el comercio”, dijo. Para Daley, los países en desarrollo también se volcarán al comercio exterior. Los especialistas señalaron que “tenemos que buscar nuevos mercados. No tenemos que entrar en una espiral arancelaria, que nos perjudicaría a todos. Por eso, tenemos que trabajar todos juntos para no perder la oportunidad”. En este sentido, Daley advirtió que a veces se piensa más en el nivel local que en el nivel global. Y puso como ejemplo lo que ocurre con el comercio hacia dentro de la Unión Europea, en donde el sector se ve perjudicado por el sistema de etiquetado de origen.


“Los países tienen que entender que las barreras arancelarias perjudican tanto a ellos como al resto de los países. Habría que hacer un esfuerzo para unificar normativas a nivel mundial”, consideraron los especialistas. Además, señalaron que más allá de las restricciones y las campañas de las ONGs finalmente serán los consumidores los que decidan qué tipo de carne porcina querrán consumir. Todos coincidieron en que el desafío por delante para el sector será alimentar a más gente respetando el medio ambiente.

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