En Venezuela el escenario político-económico que se plantea bajo el lema "Rumbo al socialismo", pasa por la destrucción y sustitución por el Estado de todas las actividades privadas agrícolas y bancarias. Por eso productores, banqueros, y demás agro inversionistas privados, comparten grandes preocupaciones y limitaciones en su gestión de negocios e inversiones, que afectan ya la economía y la producción agroalimentaria de las distintas regiones como del país en general. Y no es para menos, dado que la estatización agrícola y bancaria pondría fin a la iniciativa privada en estos dos de la economía nacional.
Al respecto los signos de avance en esa dirección son verdaderos pródromos, o sea malestares que preceden la enfermedad. Así en la agricultura los productores venezolanos observan y padecen: 1.- El arbitrio oficial que desconoce la propiedad privada de la tierra y asume la pertenencia al Estado de
todas las tierras. Por lo tanto, solo el Estado es su propietario y ningún particular es propietario de tierras. En consecuencia los despojos agrarios a punta de fusil se practican de manera arbitraria sin posibilidad de defensa legal de los propietarios ni prosperar demanda judicial alguna contra el Estado. 2.- El aumento general de costos de la producción agropecuaria, las dificultades para el acceso a los insumos monopolizados por el Estado y las restricciones a su movilización y venta como de las cosechas, animales y demás productos. 3.- La regulación de precios agrícolas que lleva a los productores a trabajar con pérdidas. 4.- Las limitaciones del crédito agrícola y la obtención de préstamos bancarios privados solamente con avales personales o en el caso de la banca agrícola y otros entes financieros oficiales, supeditados al clientelismo político del Estado. 5.- La oferta de subsidios a los agricultores que luego no se pagan, como sucede a los cañicultores. 6.- El aumento general de salarios por decretos sin aumento de los precios regulados que determinan la disminución de los ingresos netos de los productores, obligando además a pagar adicional a los salarios la alimentación diaria de los trabajadores. 7.- Se quiebra al productor y/o se le expropia y estatiza la finca, que tampoco se le paga.
Y en el caso de la banca privada, los signos que muestra son: 1.- El encaje obligatorio agrícola es elevado. 2.- No se pueden hipotecar las tierras. 3.- Los préstamos con base a la fe en el cliente y su historial crediticio. 4.- Si hay quiebras, no hay posibilidad de cobro. 5.- No hay recuperación de capital, los bancos quiebran y se estatizan.
Ciertamente, el resultado final de seguir este rumbo, es la estatización de la agricultura y de la banca, lo que debe considerarse un paso previo hacia el comunismo que anticonstitucionalmente se plantea. El perro bravo del comunismo anda suelto en Venezuela y de allí esta advertencia para que a todos los venezolanos no nos muerda.
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