Compleja es la actividad agrícola de cualquier país. Más aún su conducción. De la desacertada gestión se desprende la necesidad de que el país enrumbe la conducción del sector primario de la economía bajo el concepto de agricultura por y para los agricultores. Después de todo, los que todavía siembran y ordeñan vacas contra toda expectativa, deben ser los suficientemente capaces
para dirigir su sector.En agricultura más que en cualquier actividad humana, las mejores ideas no prosperan sino por demostración y convencimiento de los sujetos fundamentales de la actividad: los productores. Estos en cierto grado son si se quiere conservadores o tradicionales, sin dejar de ser innovadores y tomar sus riesgos. Pero de allí a que acepten calladamente sin contrapartida la imposición de una política agrícola que no los considera, imposible.
Por eso la mayoría de los productores del campo rechazan ese estilo y actitud de gestión autoritaria, prepotente, inconsulta, excluyente, que se ha extendido a todos los entes del Estado o donde interviene, y que debe ser erradicada por sus efectos contraproducentes al desarrollo agropecuario nacional . De allí que casi todos los planes y programas agrícolas inconsultos que el Estado acomete
no se ejecutan a término ni prosperan, con pérdida del dinero público y el tiempo.
Ciertamente al no procurar y obtener el apoyo y participación masiva de los productores por lo inconsulto o autoritario de los planes y programas impuestos, el Estado no puede esperar mayores logros ni avance en la agricultura, sino estancamiento y retroceso productivo, que entonces lo obliga a la más costosa dependencia en agroimportaciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario