Intensificación agrícola

PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL

Caracas, sábado 29 de junio de 2013

 

La tercera semana de junio, mientras el gobierno anunciaba nuevas compras a Portugal por 100.000 toneladas (TM) de alimentos congelados, en puertos argentinos 141.600 TM de cosechas compradas al Mercosur hacían cola para Venezuela y otro tanto se acopiaba en el Golfo de los EEUU. Nada fuera de lo común en un país donde contra toda racionalidad, se sigue ignorando y destruyendo la capacidad que existe de producir los alimentos internamente, y la única política “agrícola” que se aplica es la de puertos. Sin embargo los tiempos del fácil rentismo petrolero, de más alegres endeudamientos o de trueques por alimentos, no lucen eternos para éste o próximos gobiernos.

 

De allí que quién sea gobierno o aspire serlo, tiene que atender al campo y los del campo. Caso contrario el desabastecimiento de alimentos junto con el descontento social y las penurias que ocasiona, serán permanentes. Obligados entonces a producir rápidamente más alimentos en el país, el cómo hacerlo es importante. En ese sentido la vía es la intensificación sostenible agrícola, estrategia de enfoque ecosistémico, cuya adopción global acaba de ser nuevamente recomendada por el Comité de Agricultura de la FAO reunido en Roma en mayo.

 

Al respecto ya en 2009 el Grupo de Altos Expertos del Foro “Para comer en 2050″ advirtió: “Quienes se dedican o podrían dedicarse a la agricultura sólo invertirán recursos en esta actividad si sus inversiones resultan rentables.” (…). “Es necesario fomentar la inversión en el sector privado en todas las etapas de la cadena de valor, desde las previas a la explotación agrícola que incluyen la producción y distribución de semillas y fertilizantes hasta las sucesivas a la cosecha que comprenden la elaboración, la comercialización y la distribución.” (…). “Los países necesitan crear un clima propicio a la inversión”.

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