lunes, 12 de marzo de 2007

El fracaso agrícola de Chile bajo Allende y Fidel

"Al «pan de Chile», como poéticamente Allende llamaba a la agricultura nacional, también le esperaba una transformación histórica. Si en los seis años del gobierno de Frei se repartieron 3,5 millones de hectáreas de tierras, bajo Allende tan sólo en 1971 se expropiaron más de dos millones de hectáreas (entre 1970 y 1973 en total se expropiaron más de 5 millones de hectáreas), muchas de las cuales estaban muy lejos de ser «abandonadas o mal explotadas», como establecía la ley. Sin embargo, lo peor era que paralelamente, y con el tácito consentimiento del gobierno, empezó a desarrollarse otra «reforma agraria», instigada y dirigida en muchos casos por los activistas del MIR, la cual consistía en una violenta ocupación de las tierras, sin apoyo ninguno en la ley. En el campo ahora a veces sonaban disparos y se derramaba sangre, es decir, surgió precisamente la situación que tanto deseaba evitar el presidente Frei, tachado ahora de mero reformista burgués al servicio del capital internacional. En vez de la anterior distribución individual de las tierras entre los campesinos y sus familias ahora se preferían las cooperativas —Centros de Reforma Agraria— al estilo soviético, que destacaban sobre todo por su ineficacia, y que eran odiadas por muchos campesinos. La producción agrícola primero se estancó, y más tarde empezó a bajar. Los alimentos escaseaban cada vez más y el Estado, siguiendo el modelo de la Cuba castrista, dio su beneplácito al proyecto de las llamadas JAP (Juntas de abastecimiento y control de precios), que debían supervisar el abastecimiento y distribución de alimentos en los barrios de las grandes ciudades mediante un sistema de racionamiento. No funcionó y la cola poco a poco se iba convirtiendo en un triste símbolo del régimen socialista."

"Mientras tanto crecían las protestas de los que creían que Allende estaba llevando al país al borde de una catástrofe económica. Ya a finales de 1971, durante la visita de Fidel Castro a Chile, apareció la primera señal del descontento cada vez más general con la gestión del gabinete ministerial. Las amas de casa de Santiago, abrumadas por la escasez de alimentos en las tiendas oficiales y por los precios astronómicos en el mercado negro, salieron en masa a las calles de la capital, batiendo las cacerolas vacías (en la llamada marcha de las cacerolas vacías) a modo de protesta contra la política del presidente marxista que hablaba de la justicia social y, sin embargo, no era capaz de abastecer a su país de alimentos. La visita de Castro, que se prolongó casi por un mes, tuvo sus repercusiones también en las relaciones exteriores de Chile. El presidente norteamericano, asustado ante los contactos oficiales de Allende con el peor enemigo de EEUU en el Hemisferio Occidental, decretó un embargo económico y financiero contra Chile, lo cual iba a dañar notablemente la ya bastante deteriorada economía del país." (...)

"La visita de Castro ocasionó además una aguda polarización de la sociedad chilena. Castro hablaba de la necesidad de «acelerar la revolución» y tachaba a la oposición de derecha y de centro de «fascistas». Ahora parecía que en Chile convivían dos pueblos distintos, frente a los «fascistas», que culpaban a Allende de la manipulación de los resultados electorales, de la preparación de una revolución marxista o incluso de una guerra civil, estaban los «upelientos», que todavía representaban una fuerza considerable[26] y apoyaban a «su presidente». En todo caso, hasta los optimistas más empedernidos entre los «upelientos» tenían que reconocer que después de unos veinte meses de gobierno marxista el país estaba a dos pasos de un colapso económico y social. Tanto la producción industrial como la agrícola disminuyeron de una manera alarmante, se redujeron notablemente los beneficios procedentes de la extracción del cobre, las reservas de divisas del Banco Nacional casi dejaron de existir y la inflación ya se salió del control de los economistas de Allende. Los costes de vida aumentaron entre 1970 y 1973 en el 705 %, la inflación en los primeros seis meses de 1973 se disparó al 500 %.[27] Todo esto tuvo graves repercusiones en la escena política, donde ahora la rivalidad más aguda se daba entre las dos principales fuerzas de la coalición gobernante, es decir, entre los socialistas y los comunistas."

Ref. Jiří Chalupa . El Chile de Eduardo Frei y de Salvador Allende (Dos modelos políticos ensayados en Chile en la segunda mitad del siglo XX). http://oldwww.upol.cz/res/ssup/hispanismo4/hisp4-chalupa.htm

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