Este agosto de 2007 será por mucho tiempo recordado. Del gran auge de la agricultura de puertos su mejor exponente gráfico es la fotografía anexa de la portada del diario Notitarde de Valencia del lunes 6 de agosto.
En Puerto Cabello el colapso es total. Los barcos cargados de maíz para consumo animal hacen cola en los muelles para descargar el preciado grano importado. Y no es para menos, el festín de los dólares subsidiados de Cadivi, como el de su predecesor Recadi, no durará para siempre. Los importadores y sus comisionistas en el gobierno lo saben bien. Con dólar oficial subisidiado a Bs. 2.150 frente al paralelo que lo duplica en precio, el gran negocio son las importaciones. Y miren que cada dólar que sale del país no regresa. Así de sencillo.
Todo esto mientras la agricultura venezolana se resiente, víctima de la inusitada abundancia que el petróleo a 70 dólares por barril brinda. Después, cuando llegue la época de las vacas flacas, a los del campo nos volverán con el cuento de que hay sembrar el petróleo. Y siendo así, por qué no lo siembran hoy en vez de arruinar al agro y la cría en favor de las importaciones subsidiadas?
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