lunes, 10 de diciembre de 2007

Ganemos tiempo

Si en vez de atrasar el reloj media hora para ajustarse al viejo huso horario que regía en Venezuela en tiempos del dictador Juan Vicente Gómez hace 100 años, mantenemos la hora acostumbrada, ganaremos 30 minutos de tiempo en todas nuestras actividades.
Después de cambiar el nombre al país, la bandera y el escudo nacional, el cambio del huso horario "para que la luz del sol nos ilumine al despertarnos" se ubica entre la más estúpidamente explicada entre muchas tantas disposiciones oficiales que como sabemos concluirán con al término de su mandato.
Por cierto, que a los del campo acostumbrados a levantarnos a trabajar antes que el gallo cante, el cambio horario ni nos va ni nos viene, pues seguiremos levantandonos antes del amanecer.

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