Leche por avión

Después de decidir nuevamente Venezuela por la democracia y libertad, la urgencia de aumentar la producción costo-eficiente de alimentos, nos obliga a comentar ciertos asuntos que deben resolverse y pronto para no detener más el desarrollo agrícola.

Comenzando por el de la necesaria formación profesional que debe exigirse para conducir y gerenciar la política pública de Agricultura, cuestión que por ejemplo es materia de ley en Puerto Rico donde la Ley 265 obliga a que el ministro de Agricultura, sea agrónomo, colegiado y certificado por la Junta Examinadora.

Siendo notorio en Venezuela que el ministro de turno de Agricultura es persona lega en la materia, un paso previo para resolver el complejo problema de la producción y el abastecimiento de alimentos, es que se nombre a una persona competente.

El nuevo agroministro comenzaría por exigir y poner orden en el gabinete, rescatando las competencias propias del despacho de las que el ministro actual por su incapacidad fue despojado creándose el ministerio de Alimentación. También evitando las nuevas funciones que distraen a Petróleos de Venezuela de su verdadera misión en la llamada PDVSA Agrícola.

Entonces sería posible que gobierno y productores se entiendan para lograr trazar y alcanzar las metas de la producción hasta reducir el déficit de alimentos e inclusive superarlo en los rubros competitivos. Esto descartando el énfasis dado al conuco por no ser fuente masiva de la producción, y promoviendo decididamente la agricultura empresarial sin perjuicio del soporte a los pequeños agricultores.

Así no tendría el gobierno que traer más la leche que falta por avión, sino en gandolas desde Perijá, el Sur del Lago y otras zonas ganaderas del país, cuya producción decayó más tras el terror agrario aplicado obsesivamente por el ministro lego.