Como éstos no estaban ni siguen estando preparados para atenderlos frente a la mayor demanda de alimentos de precios inclusive inferiores a los controlados, que casi no se producen ni importan para su venta comercial, pues no es negocio, el desabastecimiento de alimentos se agravó en Venezuela por la falla de Mercal o sea del Gobierno, quién dejó desabastecidos a los consumidores de menores recursos como es su obligación .
Entonces, sin sorpresa, al que era presidente de Mercal, lo nombraron ahora ministro de Alimentación, sustituyendo así al que era su jefe, al cual botaron sin mayores explicaciones. Por eso ahora se espera, aunque pareciera mucho pedir, que el nuevo ministro no ponga la torta más completa, esto mientras la incorporación de PDVSA en la compra y distribución oficial de alimentos subsidiados ofrece ser más de lo mismo. Con menos controles administrativos en PDVAL que los que tiene Mercal, el Gobierno debe tener presente que la corrupción no es un fantasma sino hechos reales que suceden cometidos por funcionarios de carne y hueso, de todos los rangos y jerarquías, solos o en complicidad. Para eso existe eso que llaman Contraloría.
Y es que los alimentos subsidiados en las bodegas y mercaditos de Mercal o PDVAL, tienen el mismo riesgo de ser desviados y revendidos en el mercado informal a precios de especulación. Eso fue, además de la burocracia y el clientelismo político , lo que acabó con el desempeño y eficiencia que inicialmente mostró Mercal. Esperemos que a PDVAL no le pase lo mismo y ojo con la corrupción de alimentos.
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