
Los elementos que por lo general se tienen que incorporar al suelo, con el fin de aumentar los rendimientos y calidad de los cultivos son: nitrógeno, fósforo y potasio; ellos se pueden conseguir en el mercado, mezclados en fórmulas listos para ser utilizados. Pero estas fórmulas en la mayoría de los casos no responden a las necesidades existentes; entonces, se está invirtiendo más dinero del que hace falta al adquirir uno o dos nutrimentos que no precisa el cultivo en esas proporciones; o, por el contrario, no se adquiere la cantidad suficiente de aquel o aquellos elementos que más exige el cultivo y que precisamente redundarían en mayores beneficios económicos. En su defecto, lo recomendable es prepararlos en la propia finca, de acuerdo con los análisis pertinentes, obteniendo así un abono que responderá a las necesidades reales para un suelo y cultivo determinado. Los materiales que se utilizan en el país como fuente de nutrimentos son los siguientes: urea y sulfato de amonio, que suministran nitrógeno; superfosfato simple y superfosfato triple, que proporcionan fósforo; cloruro de potasio y sulfato de potasio, que surten potasio. Mezclando estas fuentes en las cantidades recomendadas se obtiene un abono con los elementos restitutivos del suelo y del cultivo, constituyendo la base de una fertilización balanceada."
Ref. Laborem Escalona, G., L.Rangel Y M.Espinoza. Fertilización eficiente en cítricos. Fonaiap divulga. http://www.ceniap.gov.ve/publica/divulga/fd54/fertilizacion.htm
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