Sobre conservación y conservacionismo de nuestra fauna criolla es mucho lo que hay que hacer en Venezuela. Comenzando por conocer como ya data hace doscientos años "la indolencia de los habitantes" sobre nuestra fauna llamaba la atención de ese ilustre investigador que fue Alexander von Humboldt. Leamos:
"Acercándonos a Calabozo, vimos los rebaños de venados que hojeaban pacíficos en medio de caballos y bueyes. Les llaman matacani; su carne es buena; son un poco más grandes que nuestros cervatillos, y se asemejan a venados con muy lisa piel, de un color cervatillo, manchado con blanco. Sus cuernos me parecen tener puntas sencillas. Tenían poco miedo de la presencia de hombre: y en rebaños de treinta o cuarenta observamos varios que eran enteramente blancos. Esta variedad, bastante común entre los machos grandes de los climas fríos de Los Andes, nos sorprendio en estos bajos y ardientes llanos. He aprendido desde entonces, que incluso el jaguar, en las regiones calientes de Paraguay, a veces consigue variedades albino. La piel es de de tal blancura uniforme que los puntos o anillos pueden distinguirse solamente en el brillo del sol. El numero de matacani, o los pequeños ciervos, (Se llaman en el pais los venados de tierras calientes), es tan considerable en Los Llanos, que un comercio puede ser llevado con sus pieles (este comercio se realiza pero solo en escala limitada en Carora y Barquesemeto). Un cazador hábil podría matar fácilmente más de veinte en un día; pero tal es la indolencia de los habitantes, que a menudo ellos no se dan el problema de tomar la piel. La misma indiferencia es mostrada en la persecución del jaguar, una piel que es vendida solamente a una piastra en las estepas de Varinas, mientras que en Cádiz cuesta cuatro o cinco."Ref. Alexander von Humboldt. Viaje a las regiones equinocciales de America, durante los años 1799-1804
NdE. La cacería del venado matacán está prohibida en Venezuela desde 1979, por Resolución No. 95 MARNR de 1979.
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