jueves, 22 de octubre de 2009

Los oficios del hato

Con casi quinientos años de tradición, nuestros hatos llaneros debe saberse han evolucionado y modernizado desde 1530 cuando Cristóbal Rodríguez fundó el primer hato que se conoce allá en Uberito, en el Guárico – el pleno corazón del llano. Por eso continúan siendo las unidades de producción pecuaria por excelencia del llano venezolano, a pesar de todas las incomprensiones y maltratos que reciben desde el Estado.

De allí que es bueno conocer de los oficios del hato, porque hablar de hato es de trabajo útil que se trata, pues “los llaneros trabajan siempre”, como bien escribió en los años 30, Fernando Calzadilla Valdez, fundador y primer presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos. Interesantemente entre los variados oficios del hato, ninguno puede considerarse más importante que otro, pues son todos necesarios al mejor funcionamiento del hato. Desde el cabrestero que es el llanero que conduce y arrea el ganado, el pastoreador que lo pastorea, el campovolante cuidador de hato y la fauna, hasta el veguero cultivador. Esto pasando por el caporal que dirige el rebaño y la peonada, hasta el mayordomo o encargado de hato, que supervisa todas las operaciones, trabajando bajo el administrador o gerente de hato que la modernidad de la ciencia administrativa impone.


Como quiera que el hato llanero modernamente es empresa, el administrador o gerente representa la compañía. Esto sin menoscabo del irremplazable hatero, dueño, propietario de hato, por aquello de “el ojo del amo engorda el ganado”. También con cada amanecer, el bestiero que no necesariamente es el amansador, recoge presto las bestias que es como el llanero llama a caballos y mulas. Mientras en el corral procede el aparte de las vacas paridas para el ordeñador que con su canto o tonada va llamando los becerros por su nombre; que entonces uno a uno el becerrero larga desde la becerrera y luego que maman lo suficiente, amarra junto a la vaca el maneador. Después la leche recién ordeñada es llevada en baldes o cántaras a la quesera, donde el quesero rápidamente la cuaja, elaborando con la fórmula tradicional, el queso blanco llanero, que entonces no falta en las ciudades gracias a Dios y nuestros resteados hateros.

Ref. Pedro E. Piñate B. Los oficios del hato. Notas Agropecuarias Venezuela. Octubre 2009.

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