miércoles, 4 de noviembre de 2009

Menos hambre reduciendo pérdidas post-cosecha

Desde Roma, la FAO advierte que una cantidad importante de los alimentos producidos en los países en desarrollo se pierden después de la cosecha, agravando así el problema del hambre. Al respecto señaló que con inversiones y formación adecuadas, las pérdidas de alimentos se podrían reducir en forma drástica.

Las causas de las pérdidas post-cosecha, que algunas estimaciones sitúan entre el 15 y hasta el 50 por ciento de la producción, son muy diversas. Entre ellas figuran la recolección en un momento inadecuado del proceso de maduración, una exposición excesiva a la lluvia, la sequía o las temperaturas extremas, la contaminación por microorganismos y los daños físicos que reducen el valor del producto.

Los cultivos también pierden valor a causa de los derrames, los daños provocados por el uso de herramientas inadecuadas, la contaminación química o un exceso de rudeza en la manipulación (incluyendo acumulación de calor) durante la recolección o las operaciones de carga, empaquetado y transporte.

Las pérdidas de alimentos contribuyen a que los precios permanezcan altos al eliminar una parte de los suministros del mercado. Tienen también impacto en la degradación medioambiental y el cambio climático, ya que se utiliza tierra, agua, mano de obra y recursos no renovables -como fertilizantes y energía- en la producción, procesado, manipulación y transporte de alimentos que nadie consume.

Muchas de las pérdidas -que pueden reducirse en gran medida con una adecuada formación- ocurren a causa de prácticas erróneas de transporte y empaquetado. Otro grave problema -puesto de relieve durante la crisis alimentaria de 2008-, lo crean las instalaciones de almacenamiento inadecuadas e inseguras que existen en muchos países en desarrollo.

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