Las Federaciones, Cámaras, Cooperativas y Asociaciones, miembros de Fedeagro, reunidas en Valle de la Pascua, en ocasión de la Asamblea Anual de la Confederación, se dirigen al país para dar a conocer su opinión sobre el acontecer agrícola venezolano. La agricultura venezolana atraviesa un proceso recesivo difícil de superar, aún estamos recibiendo el impacto negativo de la sequía más severa de los últimos 40 años. No solo perdimos parte importante de nuestras siembras en los dos ciclos de siembra del año pasado, también absorbimos costos adicionales por las resiembras, tuvimos menos disponibilidad de agua para regar y la productividad física de los cultivos mermó significativamente. Existen un conjunto de factores que limitan el desarrollo de la agricultura y explican su comportamiento, dentro de ellos acotamos: • La garantía de la propiedad de la tierra. Pesa sobre nuestras propiedades la amenaza de la intervención, la expropiación o la confiscación. A diario conocemos de la actuación de entes del Estado sobre explotaciones productivas que son arrebatadas a sus propietarios, son arrasados sus cultivos y abandonada su fuerza laboral. Estos hechos; además de mermar la producción agroalimentaria y generar desempleo, aleja la inversión productiva.
A todos los agricultores de este país, sin excepción, nos asalta la duda a la hora de decidir sobre necesarias y costosas inversiones en mejoras productivas a la tierra, en tecnología, en semovientes, en maquinarias y equipos, so pena de que se nos intervenga, expropie o confisque, no importa la tradición legal y la documentación que soporte la propiedad de nuestros predios. Venezuela requiere del esfuerzo de todos los venezolanos dedicados a la actividad agrícola para vencer la vulnerabilidad de nuestra dependencia alimentaria y este esfuerzo debe traducirse en producción. La agricultura; además de una actividad económica fundamental, es una forma de vida, sus encadenamientos generan valor, empleo y bienestar y es factor clave en el ordenamiento territorial y la sustentabilidad, por eso es protegida y subsidiada en la mayoría de los países del mundo. Los procesos de intervención llevados a cabo en importantes zonas del país, e intensificados en el transcurso de este año, desvirtúan la posibilidad de afianzar el desarrollo, con base a las potencialidades agrícolas y son, en gran parte responsables, de la recesión, la inflación en alimentos y la escasez. Desde tierras Guariqueñas, demandamos un dialogo directo con los agricultores intervenidos y se les permita continuar aportando su esfuerzo productivo en sus propiedades. Especial mención debemos hacer a los agricultores de Tiznados, héroes anónimos que han invertido décadas en domesticar tierras duras e inhóspitas, para producir rubros vegetales y pecuarios deficitarios en el país. • Las importaciones agroalimentarias Las importaciones agroalimentarias han llegado a niveles inimaginables, 6.800 millones dólares, promedio, en los dos últimos años. Esta cifra supera cuatro veces y media el promedio de finales de la década de los noventa y representa el 16% de las importaciones totales (6 puntos por encima de la participación histórica).
En los países de origen de las importaciones, la inflación es significativamente más baja que en Venezuela, los productos están generalmente subsidiados, son producidos con tecnología transgénica (prohibida en Venezuela), e ingresan al país sin pago de aranceles. Bajo estas condiciones es imposible competir y esta es otra razón fundamental de la recesión agrícola. • El control de precios En el plano económico, el control de precios ejercido sobre la mayor parte de los rubros sensibles, ha impactado negativamente el crecimiento sectorial. La totalidad de los rubros regulados registran una significativa caída de los precios reales y un crecimiento sostenido de los costos de producción. Esta situación es particularmente crítica en los cereales (maíz, arroz y sorgo), caña de azúcar, café, cacao, oleaginosas, leguminosas y renglones pecuarios. • La inseguridad de bienes y personas El secuestro, la vacuna, el robo y el abigeato, se han constituido en problemas estructurales, sobre los cuales no se han desarrollado políticas coordinadas y efectivas en el medio rural. En la práctica, el crecimiento de estos flagelos, significan nuevos costos para los agricultores y una amenaza latente que aleja la inversión productiva. • La Inversión Bruta Fija Publica El mal estado de la vialidad agrícola y la desinversión en infraestructura y servicios públicos para la producción, implican costos y pérdidas adicionales, no incluidos en los parámetros que se utilizan para fijar los precios agrícolas. • La oferta de fertilizantes La disponibilidad de fertilizantes, en los últimos años, se ha constituido en un problema para los agricultores y en una limitante para ampliar la frontera agrícola y mejorar la productividad. La oferta de Pequiven, no se corresponde con los planes anunciados por el Ejecutivo y existen bastas zonas agrícolas del país, donde la oferta dista mucho de satisfacer la demanda.
• La Generación y Transferencia de Tecnología La oferta tecnológica no se corresponde con la demanda de tecnología de los agricultores y no existen programas de transferencia que permitan mejorar la productividad física y económica de los rubros agrícolas. • La competencia de los transgénicos Mientras al país se importa cualquier cantidad de alimentos de origen transgénico, como la harina, el aceite de soya y el maíz amarillo provenientes de Argentina, Bolivia y EEUU; así como pollos de Brasil criados con alimentos de origen transgénico, a los agricultores venezolanos se les prohíbe el uso de esa biotecnología. Es urgente definir cual es la posición de Venezuela frente al uso de los transgénicos. • Acceso al financiamiento de largo plazo para la consolidación de fincas y rubros de carácter permanente. Las limitaciones de orden legal impiden acceder al financiamiento de largo plazo y las posibilidades de hacer inversiones en mejoras y en cultivos de permanentes. Fedeagro, sus Federaciones y Asociaciones, siempre hemos estado dispuestos a contribuir con nuestro aporte al crecimiento y a la consolidación del Sector Agrícola, consideramos que parte importante de lo positivo que se puede mostrar en los últimos diez años, se debe al esfuerzo de nuestros agricultores y las estructuras organizativas que hacen vida en la Confederación. A nuestro juicio, se requiere un clima de tranquilidad y de confianza para disminuir nuestra vulnerabilidad alimentaria y en este sentido reiteramos algunos de los planteamientos que hemos llevado a consideración de varios entes de Ejecutivo y de la Asamblea Nacional.
• Garantizar el derecho a la propiedad y la seguridad de bienes y personas en el Sector Rural, aplicando los procedimientos establecidos en la Ley de Tierras y permitiendo un dialogo directo, franco y abierto con los agricultores de las zonas intervenidas. Reiteramos que cualquier procedimiento que inicien los órganos del Ejecutivo, ya sea para rescatar las tierras que le son propias, o para adquirir aquellas de propiedad privada, deben realizarse apegados a los principios y normas constitucionales, por lo que demandamos el cumplimiento de la garantía constitucional relativa al debido proceso, que implica no sólo el derecho a la defensa, sino también el de ser juzgados por sus jueces naturales. A estos efectos recordamos que el reconocimiento o desconocimiento de los derechos de la propiedad y/o posesión, corresponde a los Tribunales de la República y no a funcionarios de órganos de la Administración Pública. Los agricultores, lejos de propiciar divisiones ofrecemos apoyo a programas nacionales de desarrollo agrícola sobre terrenos incultos a que sumen nuevas áreas cultivables. Nuestras experiencias asociativas han demostrado ser modelos de producción eficientes cuyo gran beneficiario es el consumidor venezolano. • Concertar con el sector productivo la política de importaciones, asegurando que los volúmenes se correspondan con los déficits internos, no compitan en oportunidad y costos con la cosecha nacional y sean accesibles al consumidor. En este sentido proponemos la Creación de un Consejo Nacional para las Importaciones Agroalimentarias, integrado por los productores, agroindustriales, consumidores y el Gobierno Nacional, con la finalidad de hacer un seguimiento de la producción y el abastecimiento de materias primas y alimentos y recomendar al Ejecutivo Nacional los volúmenes a importar, la época de realizarlos y las medidas de tipo económico que permitan su acceso al consumidor. • Establecer un conjunto de reglas para la formación de los precios internos que estimulen el desarrollo agrícola, basadas en el reconocimiento de las estructuras de costos de producción de los rubros agrícolas. En este punto, es importante considerar la propuesta presentada por Fedeagro a la Asamblea Nacional y al Ejecutivo sobre una ley de Política Comercial Agrícola. • Evaluar la situación del consumo de alimentos, en todos sus componentes, a través de instrumentos idóneos (Encuesta de Seguimiento del Consumo) y en función de los resultados, definir Políticas Públicas para reorientarlo.
Desarrollar Programas de Inversión en Cadenas Productivas que requieren aumentar su capacidad instalada para crecer. • Formulación y puesta en práctica de Programas Especiales por rubros de producción que contemplen el desarrollo de infraestructura agrícola de servicios, adopción de tecnologías blandas que incidan de manera directa en los costos y programas de transferencia tecnológica para desarrollarlas, líneas especiales de financiamiento para mejoras de infraestructura en fincas y adquisición de maquinarias, equipos y transporte y cultivos permanentes. • Reactivación de la Comisión Nacional de Bioseguridad (CNB). A pesar de tener más de tres años de juramentada, la CNB aún no ha emitido ningún pronunciamiento sobre los transgénicos, se hace necesario impulsar las actividades de este organismo para establecer un marco legal que regule la manipulación, producción y uso de los transgénicos en Venezuela. • Elaborar “Campañas” fito y zoo sanitarias de alcance nacional para la erradicación y/o control de plagas y enfermedades que se han expandido en todo la Geografía Nacional. El interés de Fedeagro y sus asociaciones es el fortalecimiento de la agricultura venezolana, su crecimiento y el bienestar para la amplia base social que la conforma: empresarios, medianos y pequeños, trabajadores y consumidores. Exhortamos al Ejecutivo y demás poderes del Estado a trabajar en conjunto para abordar la problemática sectorial y vencer los obstáculos que la reafirman.
En Valle de la Pascua, Estado Guárico, a los 13 días del mes de mayo de 2010
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