lunes, 1 de noviembre de 2010

Los despojos en Venezuela: del campo a las ciudades

Primero fueron en aumento los secuestros de ganaderos, los asaltos e invasiones de fincas privadas con la anuencia oficial hasta hacerse noticia rutinaria en Venezuela, mientras los del campo alertábamos con preocupación que los despojos de la propiedad privada se extenderían a los demás sectores económicos en las ciudades. Luego vinieron las expropiaciones, intervenciones, ocupaciones temporales, figuras todas resumidas en el despojo agrario que se consuma a punta de fusil de las mejores fincas, hatos y haciendas privadas del país. Así ha pasado el tiempo en estos 12 larguísimos años de confrontación y anarquía en Venezuela. Del país productivo bajo la iniciativa privada pasamos rápidamente a un engendro donde el Gobierno se plantea dueño y señor de todo, y la propiedad privada desaparece en sus garras, contra todo los postulados de la Constitución vigente de la República. Bajo el ogro oficial caen fincas, fábricas, bancos, comercios, edificios, en fin toda la propiedad privada productiva de venezolanos y extranjeros, siendo estos últimos los únicos que tras negociaciones de sus gobiernos, logran a duras penas las compensaciones de ley sobre sus viene expropiados. El resto o sea toda la propiedad privada de los venezolanos es prácticamente confiscada sin derecho alguno a la defensa legal y legítima de sus bienes. Basta apenas la palabra y orden presidencial “exprópiese”, para que los despojos procedan a punta de fusil, mediante el uso abusivo de la Fuerza Armada Nacional cuya misión fundamental y exclusiva es la defensa nacional y nunca el atropello menos el despojo autoritario, anticonstitucional e ilegal, a los ciudadanos. En este entorno este 1ro de noviembre de 2010, es de obligada reflexión a todos los venezolanos del campo y la ciudad. Los últimos despojos ordenados por el ciudadano Presidente el domingo último de octubre, de varios desarrollos urbanísticos privados en Caracas y el Centro del país, hoy proceden también a punta de fusil. Se despoja así a los venezolanos de la oferta privada habitacional construida a esfuerzo de esos empresarios que han apostado al progreso del país y junto a sus trabajadores erigieron estas obras, mientras el Gobierno no construyó las prometidas edificaciones que al pueblo ofreció aun adueñándose del cemento y la cabilla, y disponiendo de enormes recursos financieros que son despilfarrados o robados por la corrupción que impune impera. De esta forma se decide la suerte y destino de la industria de la construcción y del sector inmobiliario, que en adelante detendrá sus actividades de inversión y desarrollo, con serias consecuencias a que se sumaran a los millones de desempleados. Y es que el Gobierno, incapaz como ha sido de construir viviendas al nivel de las mínimas metas que el mismo se ha propuesto, procede a agravar el déficit habitacional al negar el concurso del sector privado. Al igual que los demás sectores de la economía, sujetos de despojo, el sector construcción queda en veremos. Ciertamente, los despojos van del campo a las ciudades. Bajo el desafiante lema calcado del Castro-comunismo cubano, de Patria, Socialismo o Muerte, se insiste anticonstitucionalmente en imponer un régimen comunista en Venezuela. Al respecto basta recordar que la Constitución vigente de la República Bolivariana de Venezuela (Publicada en Gaceta Oficial del jueves 30 de diciembre de 1999, Número 36.860), en su artículo 2 ordena: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”, y en el Artículo 6: “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático…” En cuanto a los despojos que se cometen, es obvio que aplica el Artículo 25. "Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores" .  Por todo esto, con objetividad y fe en Venezuela y los venezolanos, será solo cuestión de tiempo para que se restituyan los derechos fundamentales que plasmados en la Constitución vigente, son hoy violados por el Gobierno a los propietarios privados mediante despojos. En Venezuela la democracia prevalecerá frente a la amenaza comunista.

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