jueves, 2 de diciembre de 2010

La empresariedad agrícola y rural


"La interpretación de “emprendedor agrícola” será la de un individuo o grupo que tiene derechos de uso y explotación de tierras u otros elementos asociados para llevar a cabo actividades agropecuarias, forestales o mixtas a su nombre (Suárez 1972). Por su parte, el término empresariedad es reciente y de extraño uso en relación con territorios rurales, incluso, para Wortman (1990), “emprendimiento rural” no solo es uno de los términos más nuevos dentro de este campo, sino que ha sido mal utilizado.

Su definición comprende “la creación de nuevas organizaciones que introducen nuevos productos, crean nuevos mercados o utilizan nuevas tecnologías desde las zonas rurales” (Wortman 1990:330). La puesta en operación de estrategias de empresariedad se ve como fenómenos de transición hacia nuevas formas de sociedad dentro de lo que serían reformas agrarias integrales, lo que implica, entre otros, la adquisición de tierras, la determinación de las características de los beneficiarios, la fijación de período de establecimiento, la formación de las empresas, la generación de riqueza y la mejora constante en las condiciones de vida. Esa transición de la agricultura tradicional a estadios más modernos y empresariales, pasa sin duda por atender los factores depresivos en los territorios rurales como los bajos ingresos y la inversión en ellos, la migración y envejecimiento de la población, la reducida inversión en ciencia y tecnología, los bajos niveles de educación de algunos de sus actores, los niveles de conexión/aislamiento y la escasa infraestructura.

 Entre los obstáculos para la empresariedad rural ya agrupados por Lichtensein et al. (2004), se encuentran: a) el tamaño y la densidad de los territorios rurales; b) la composición social y económica de las comunidades; y c) los enlaces o uniones de estos territorios con el mundo exterior (Dabson 2002). El territorio rural será el espacio natural donde suceden muchas de las actividades agrícolas tradicionales, pero donde también se gestan y ejecutan por parte de sus actores otras actividades de tipo no agrícolas que influyen en las formas de vida. Desde este punto de vista, los potenciales emprendedores rurales deben visualizar las oportunidades, conocer los riesgos existentes en sus alrededores e identificar su potencial propio, institucional, de mercado, entre otros. Ello suma al individuo con su entorno social inmediato y lo responsabiliza de su propio desarrollo. De este modo, en algunos territorios habría mejores oportunidades para desarrollar más emprendedores, en este caso, agricultores que acepten más la empresariedad en sus actividades productivas.


Entiéndase que movilizar la agricultura tradicional o “artesanal” a una de producción masiva no implica solamente incrementar volúmenes, mano de obra o áreas con el interés de alcanzar economías de escala, sino identificar otro tipo de estrategias más relaciona- das con la innovación de los productos para alcanzar su desarrollo. Por ejemplo, para investigadores agrícolas en Estados Unidos, los sistemas de pequeña escala y basados en agricultura familiar no podrían ser organizados como línea de producción masivas, estándares y homogenización de productos (Lyson 2004). Por lo anterior, con respecto al papel que desempeñan las pequeñas empresas en el mundo rural, se puede citar lo siguiente: “Aquellas comunidades en las que la base económica está conformada por una plétora de empresas pequeñas, locales y propias, manifestarán mayores niveles de prosperidad social, económica y políticas y bienestar, comparado con comunidades, donde la economía estaba dominada por pocas empresas grandes y con ausencia de propiedad” (Lyson 2004).

Esta situación denota la importancia en la formulación de políticas públicas de atención específicas, sobre todo en beneficio de los pequeños productores, como uno de los elementos que deben fortalecerse y que se vinculan intrínsecamente con la labor rural, el trabajo agrícola familiar y, principalmente, con el enfoque empresarial. Este último corresponde a una actitud necesaria de todos los actores que se encuentran en el sector productivo."


Ref. Federico Sancho. La empresariedad agrícola y rural: conceptos para modelar el desarrollo. IICA. Comunica 5. Enero/Julio 2010
http://www.iica.int/esp/prensa/comuniica/comuniica/2010/n15-esp/n5.aspx

NdeE. El autor, Federico Sánchez es Jefe del Centro Interamericano de Información y Producción Editorial para la Agricultura

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