viernes, 3 de diciembre de 2010

Del anumerismo y a desburrarnos un poco: 28 meses congelado el ganado

Desde Buenos Aires nos llega y leemos el boletín Economía Año X, número 336 de fecha 02/12/2010 que edita el Ingeniero Gustavo Ibáñez Padilla, con tema de obligada reflexión también en Venezuela, por la extraordinaria coincidencia con lo que acontece y padecemos aquí. Leamos: "Anumerismo - Llamamos así a la incapacidad para el razonamiento matemático (análogo al analfabetismo). Esta deficiencia aqueja a la mayoría de nuestros políticos y funcionarios, que por tal motivo se confunden (o nos confunden) cuando interpretan los números de diversas estadísticas –ya sean éstas sobre parámetros económicos o sobre encuestas electorales–. Mezclan causas y efectos, lo cual los lleva a sacar erróneas conclusiones. Un ejemplo de esto es creer que, porque la variación del índice de precios elaborado oficialmente resulta pequeña, puede entonces inferirse que la inflación no es un problema.


Esta “equivocación” los lleva a manipular y falsear las mediciones como si de esta forma modificaran también la economía real. Pareciera que los políticos no advierten que la causa primera de nuestros males económicos proviene de la política. Actúan así como el borracho que buscaba una llave perdida debajo de un farol, no porque creyera haberla perdido allí, sino porque era el lugar donde había más luz. Ahora bien, es importante recordar que seguramente nosotros, como ciudadanos que elegimos a nuestros representantes, también padecemos de este mal y quizás debamos releer aquellos viejos textos escolares de matemáticas, a fin de desburrarnos un poco."

28 MESES CONGELADO EL GANADO
En diez días los precios congelados del ganado en 5,50 BsF/kg en pie y 10,58 BsF/kg en canal por Gaceta Oficial 38.994 del 14 de agosto de 2008, cumplirán 28 meses de vigencia. El anumerismo de los ministros responsables del control de precios es totalmente inaceptable frente a las variaciones acumuladas del INPC en el larguísimo período de congelación del precio del ganado que aludimos. Por ello aunado al terror agrario aplicado por el Estado contra los propietarios de fincas privadas,  el déficit de producción nacional de carne se agiganta y agrava, al negar el congelamiento de precios durante tanto tiempo seguido, la rentabilidad necesaria a las actividades de cría, levante y engorde de ganado. De allí que si no se produce carne suficiente hoy ni mañana en Venezuela, la responsabilidad recae directamente es en el Gobierno.

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