domingo, 8 de mayo de 2011

El éxito agrícola de Brasil y el fracaso de Venezuela

Leyendo sobre el éxito agrícola de Brasil , conocimos según datos de su Ministerio de Agricultura de agosto 2009, que el sector agropecuario es responsable por el  27% del Producto Interno Bruto (PIB) directo, por 42,5% de las exportaciones totales y por más de 17 millones de empleos. Con sus
exportaciones agrícolas abastece 25% del mercado mundial de alimentos.

El Brasil es uno de los líderes mundiales en la producción animal y vegetal, como en la exportación de productos agropecuarios. Lidera  la producción y exportación de café, de jugo de naranja y es el principal productor mundial de etanol de caña de azúcar. También está en primer lugar en las ventas externas de soya y sus productos, azúcar,  carne bovina, carne de pollo, tabaco, cuero y calzados de cuero; y se destaca en la producción de maíz, arroz, frutas frescas, cacao, castañas, nueces, porcinos y pescados.

Brasil es también líder en tecnología de agricultura tropical. El desarrollo científico y tecnológico y la modernización de la actividad rural contribuyen para el buen desempeño del agronegocio brasileño en las exportaciones y para la creciente oferta de empleos en el sector. Además del suelo fértil, de la
disponibilidad de agua, de la biodiversidad y de la mano de obra calificada, Brasil invierte en la producción de máquinarias e implementos agrícolas y en estudios que garantizan la calidad de la producción agropecuaria.

La política agrícola brasileña también incentiva la expansión del sector a través de la concesión de crédito y de beneficios fiscales, además de programas como el seguro rural. Mención especial es el respeto a la propiedad e inversión privada, nacional y extranjera que asegura el flujo de inversiones al campo y la gran producción agropecuaria que abastece al país  y al mercado global.

En Brasil  a pesar de su vasto territorio la seguridad rural es adecuada para garantizar la propiedad, el trabajo y el resguardo de las personas en el campo, sin bandoleros, guerrilleros, ni secuestradores victimando sistemáticamente a los productores. Las invasiones de tierras y fincas están prohibidas, así como la construcción de ranchos en caminos y carreteras, en el frente o rodeando las "fazendas"privadas. En cuanto al Movimiento Sin Tierras y sus líderes y el ejército de invasores profesionales se encuentran en total decadencia. Tampoco el Gobierno de Brasil anda expropiando "fazendas" o agroindustrias.  La realidad política, económica y social de Brasil hoy día, es la de un país que descubrió que la seguridad alimentaria y economía que han alcanzado, depende y exige que sus agricultores y ganaderos puedan invertir y trabajar con seguridad y reglas claras basadas en el respeto a la propiedad privada, el libre comercio y mercado. Solo así pueden competir con sus productos en el mercado global.

Observando el éxito agrícola de Brasil, resulta obligado para los venezolanos reflexionar sobre el fracaso agrícola de Venezuela,  comparando las políticas tan distintas y opuestas que sus gobiernos aplican. Las de Brasil acertadas, modernas y futuristas, basadas en el libre comercio y mercado, la propiedad privada y el desarrollo de la libre empresa; las de Venezuela: equivocadas y retrógradas, basadas en la doctrina del comunismo con su estatismo y la abolición del mercado y la propiedad privada.  Por eso, en agricultura específicamente, lo que está pendiente hoy en Venezuela es dar cuanto antes un giro de 180º para emprender el camino del éxito tal como nuestro vecino y hoy principal supermercado de alimentos Brasil.

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