martes, 6 de agosto de 2013

Alimentos disparados

La devaluación y la inflación nos impiden tener alimentos a precios asequibles y estables

PEDRO E. PIÑATE B. | EL UNIVERSAL

Caracas, martes 6 de agosto de 2013

Desde Washington DC, al final de julio, el reporte trimestral "Alerta sobre precios de los alimentos" del Banco Mundial, informa que los precios mundiales de los alimentos disminuyeron durante tres trimestres consecutivos, luego aumentaron en mayo y junio, manteniéndose cercanos al tope histórico.
La baja de precios a nivel global se atribuye al aumento de la producción, la disminución de las importaciones, y una menor demanda en general, que hicieron caer los precios de exportación.
Los precios internos siguieron en términos generales las tendencias estacionales, pero las grandes diferencias se mantuvieron. Donde los precios subieron entre febrero y junio de 2013, se debió por una combinación de factores, como el mal tiempo, la reducción de los suministros, las devaluaciones de moneda, y las políticas de adquisiciones públicas.
En el caso de Venezuela una importante razón son las políticas equivocadas que en forma obstinada se mantienen y cual Titanic en medio de la bruma, nuestra economía se navega rumbo al desastre. Así los precios de los alimentos suben disparados sin control, mientras disminuye la producción y aunque aumentan las importaciones, los controles no permiten que la oferta alimentaria total suma de la externa más la poca interna, cubra con suficiencia la demanda que es mayor debido al desabastecimiento y escasez.
En realidad aquí el problema no es solo que los alimentos y el dólar suben, sino que el bolívar baja por el pésimo manejo económico y monetario.
Entonces imparables, la devaluación y la inflación nos impiden disponer de alimentos a precios asequibles y estables. Para completar, tal como indica el reporte del Banco Mundial, de cara al futuro, se mantiene la incertidumbre en el mercado internacional ante las condiciones climáticas desfavorables de los últimos tiempos.

http://www.eluniversal.com/opinion/130806/alimentos-disparados

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