A finales de marzo 2007 continúan sin cesar en Venezuela los asesinatos, secuestros y la extorsión o "vacuna" de ganaderos. En estas condiciones es evidente que la seguridad de los productores del campo y sus familias no puede depender de la reacción tardía de las autoridades policiales o militares, siempre posterior a los hechos delictivos en vez de ser más preventiva.
Por tanto la seguridad de los productores del campo y sus familias debe plantearse más proactiva, lo que sin rodeos se trata es de que cada quién ejerciendo sus derechos constitucionales a la vida, al libre tránsito y a la propiedad, dentro de la observancia de la ley, se proteja a si mismo, su familia, su finca, su empresa.
Y es que la violencia contra los productores ganaderos venezolanos que se ha extendido contra sus esposas e hijos en número y frecuencia nunca vista, sucede debido a la extraordinaria movilidad que gozan los delicuentes y bandoleros por todo el territorio nacional. También debido al terror agrario que por causa política estimula el odio y la agresión a los propietarios de fincas y sus familias.
De allí la recomendación de los expertos en seguridad a los ganaderos y a sus familias, es que en lo posible eviten viajar, permanecer o pernoctar en las fincas con sus familias, mientras además refuerzan la seguridad residencial y durante el tránsito en las ciudades.
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