
e importar los alimentos que se necesitan”
Históricamente a nivel mundial crisis de alimentos han sucedido por adversidades climáticas o telúricas, durante las guerras, por malos planes y cosechas, y por fallas graves en su importación, transporte, almacenamiento o distribución. También hay crisis de alimentos causadas con fines políticos de dominación. Esto violando la convención de las Naciones Unidas, aplicando hoy la máxima de Maquiavelo del siglo XVI: “Vale más triunfar sobre el enemigo por medio del hambre, que por medio del hierro”.
Debido a la desnutrición, morbilidad y mortalidad aumentadas, el hambre resultante compromete la salud de los pueblos causando gran descontento social e inestabilidad política. Y es que los gobiernos malos dan a luz planes malos, como en el caso del que nos hambrea deliberadamente en Venezuela. Además de acabar con la producción nacional estatizando el campo, abandonándolo a merced de invasores y secuestradores, arruinándolo mediante controles de precios, aún contando con amplios recursos para la importación de alimentos ha sido incapaz de asegurar su abastecimiento.
Esto a pesar de disponer desde 1999 y hasta el final de 2007 sobre 300 mil millones de dólares por ventas de petróleo, y además el dinero de los impuestos recabados de los contribuyentes.
Porque Venezuela dispone de abundantes tierras y petróleo, es obvio que se hambrea al pueblo para dominarlo. Pero como nada es más subversivo que el hambre, aún con petróleo llegando a 100 dólares el barril, un estallido social no es impensable.
De allí que la salida a la crisis es permitir al sector privado producir, importar y distribuir los alimentos que se necesitan y sin tanto acoso, burocracia y corrupción. Esto a la vez de asegurar el auxilio alimentario social sin condiciones.
Ref. Pedro E. Piñate B. Hambre con petróleo. El Universal.
Caracas, Miércoles 7 de Noviembre de 2007. Opinión
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