Muy preocupante para todos los venezolanos la congelación mundial de los activos y cuentas de PDVSA por US$ 12.000 millones, por medida judicial internacional a favor de la Exxon Mobil por la expropiación de sus bienes no cancelados hasta la fecha por Venezuela como debió. Además del enorme impacto económico y político que esta crisis de PDVSA representa para la nación, el impacto social puede ser gravísimo, al quedar restringida en sus operaciones financieras la empresa fuente principal de divisas que dispone el país.
En estas circunstancias, la mayor dependencia en importaciones de alimentos, constituye el talón de Aquiles del país, precisamente a pocos días de haber encargado el Gobierno a PDVSA de abastecer el país de alimentos importados, que ahora no podrá adquirir con la disponibilidad de divisas que tenía antes de la congelación - embargo mundial de sus bienes.
De manera tal que la grave situación financiera de PDVSA que es la del Gobierno maniroto, privado ahora de su chequera, resultará en mayores penurias precisamente para los venezolanos más pobres y toda esa clientela política que mantenida en la nómina del Estado no podrá seguir financiándose.
Por todo esto, la vuelta al campo es obligada tras congelarle al Gobierno la petrochequera.
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