
En el caso de los secuestros de ganaderos, la cura rápida es la neutralización por la autoridades de las bandas de secuestradores que operan impunes en el país gracias al poder económico de que gozan para corromper funcionarios y seguir secuestrando. En cuanto a su prevención, se requiere además un esfuerzo de cooperación y apoyo hasta ahora no emprendido, entre los gremios de productores y los órganos de seguridad del Estado.
Por su parte, detener las invasiones de fincas, exige abandonar la fracasada idea estalinista de estatizar el campo y crear comunas. Esto antes que desaparezca la producción de las fincas privadas que son las únicas que aquí todavía producen alimentos.
De allí que en ambos casos sea el Gobierno que si quiere, resuelve, debido a la falta de independencia de los poderes públicos y de casi todas las administraciones estatales y municipales que él domina.
En estas condiciones de autonomía intervenida de los órganos públicos, el derecho de los productores afectados de secuestros o invasiones, queda a criterio gubernamental y no del Estado de Derecho. Así por acción o inacción, el Gobierno decide cuál secuestrado se busca, libera, rescata, o nunca aparece; y cuáles fincas privadas invaden o no sus huestes, entre quienes las reparte. Esto sumado a los controles de precios, acaba con la producción privada de alimentos, que entonces faltan y el Gobierno importa discrecionalmente con sus agentes, quienes más se lucran y enriquecen con el dinero público, mientras el país va de mal a peor.
Ref. Pedro E. Piñate B. // Secuestros e invasiones. El Universal - Caracas, Jueves 03 de abril de 2008. Opinión. http://noticias.eluniversal.com/2008/04/03/opi_43081_art_secuestros-e-invasio_781053.shtml
No hay comentarios.:
Publicar un comentario