lunes, 13 de octubre de 2008

Con mi semilla no se metan

Actualmente se están restringiendo los permisos para importar semillas híbridas de maíz de alto rendimiento, de ser esto una nueva política de Estado, sin duda que los productores venezolanos verán caer drásticamente los rendimientos del cultivo por muchos años.

El maíz es el cereal que más ha visto crecer su productividad en Venezuela, es el único que ha duplicado sus rendimientos en los últimos 25 años, pasando de los 1.740 kg/ha que se promediaba a principios de los años 80’ a los 3.550 actuales. Para cualquier productor, sea pequeño, mediano o grande, no hay duda que gran parte del incremento de rendimiento se debe a los avances genéticos que se han logrado en cada nuevo material híbrido de maíz. Y es que la dinámica en las innovaciones ha sido tal, que la permanencia de un híbrido en el mercado no va más allá de cuatro años. Por esta importantísima razón es que más del 98% de la producción nacional de maíz se sustenta en materiales híbridos de gran potencial genético y no en variedades.


Según la casa comercial y el país de origen los híbridos de maíz pueden ser considerados nacionales o importados, estos últimos provienen principalmente de México, Argentina y Brasil, países que mantienen excelentes relaciones comerciales con Venezuela. Más del 76% de los híbridos de maíz que se siembran en la actualidad en nuestro país son importados y esto por una razón de mucho peso: los agricultores los prefieren. Para la gran mayoría, desde el más pequeño hasta el más grande, sembrar semilla con alto potencial genético es la mejor garantía de lograr mejores rendimientos.


Cualquier agricultor está dispuesto a pagar más por un insumo si sabe que los vale, nadie mejor que él conoce el comportamiento de una semilla en su tierra. Y no se trata de propaganda publicitaria, una semilla híbrida importada no es un Rolex, un MontBlanck, un Hummer que se puede lucir y da prestigio, después de estar sembrada en el campo nadie puede diferenciar un híbrido de maíz importado de uno nacional, la diferencia solo la ve el agricultor en el camión cuando está cosechando.


También rompe cualquier mito publicitario que lo importado es mejor el hecho de que más del 91% de los híbridos de sorgo sembrados sean materiales de origen nacional. Esto solo indica que en este caso particular son los mejores, así lo percibe el agricultor en sus tierras cuando cosecha y por ello demanda ese tipo de semilla de origen nacional en sorgo. Lamentablemente el sorgo no está pasando por buenos momentos, un bajo precio oficial mantiene estancada su producción, pero aún con todo esto existe escases de semilla a nivel nacional y precisamente monopolizada por el mismo grupito de semilleristas que hoy presiona para que se restrinja la importación de semilla de maíz, ojalá sea una mala planificación y no una estrategia para mantener alto el precio de la semilla.


La acumulación por varios años de un inventario de semilla de maíz nacional está presionando para que se restrinjan los permisos de importación. El inventario alcanzará casi las 17.000 Tn, cantidad más que suficiente para sembrar las 800.000 has que se podrían cultivar el próximo ciclo de invierno 2009. La acumulación de tanto inventario de semilla nacional obedece a una mala planificación de las casas productoras de semilla nacional y al hecho notorio de que los productores prefieren la semilla importada porque sencillamente les da mayor beneficio, por esas dos razones la semilla nacional se está quedando “fría” en las cavas. La solución no puede ser entonces castigar a los agricultores con restringírsele el acceso a la semilla importada de alto rendimiento, la primera consecuencia será una drástica caída en la productividad y obviamente una gran presión para un aumento significativo en el precio del maíz.


La segunda consecuencia de esta arbitraria medida será una caída en la superficie sembrada. Al analizar el comportamiento de la producción de maíz los últimos años vemos que el crecimiento se está sustentando en los maíces amarillos, consecuencia lógica de que la agroindustria de harina precocida de maíz blanco se encuentra plenamente autoabastecida por la producción nacional y la agroindustria de Alimentos Balanceados para Animales, que demanda preferentemente maíz amarillo, aún importa una gran parte de sus requerimientos. Para este último año la proporción de maíz amarillo alcanzó más de 310.000 has, el 50% de las siembras totales. La diferencia en productividad entre el maíz amarillo importado y el nacional son aún mayores, habida cuenta que tradicionalmente se sembraba maíz blanco en Venezuela y las casas nacionales productoras de semilla habían invertido poco en investigación en los materiales amarillos.


Lo más grave de una irresponsable medida de restringir la importación de semilla híbrida de maíz es que sus consecuencias se sufrirán por muchos años. Cada uno de estos materiales tiene destino exclusivo Venezuela, es decir son producidos para las condiciones agroecológicas de nuestro país y deben superar tres años de pruebas regionales para que pueda ser autorizada su venta por el Servicio Nacional de Semillas, SENASEM. Por consiguiente, una injusta medida como esta suspenderá no solo la producción por encargo para Venezuela y las respectivas pruebas regionales de certificación, sino también los programas exclusivos de mejoramiento y selección de nuevos materiales.


Definitivamente, un pequeñito grupo élite de productores de semilla maíz nacional no puede chantajear al gobierno, ni mucho menos a la gran mayoría de los agricultores venezolanos, la caída en superficie, rendimiento y producción solo servirá para presionar hacia arriba los precios de la arepa, el cerdo, el pollo y los huevos en una economía ya de por sí muy inflacionaria. Lapidarias las palabras de un campesino: “con mi semilla no se metan…”

Ref. Ramón Elías Bolotin. Peligra Productividad del Maíz por muchos años en Venezuela. Acarigua, octubre 2008.

NdE. El autor es ingeniero agrónomo y productor agropecuario, Presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios Independientes -PAI, y Vicepresidente de FEDEAGRO. Agradecemos al autor el envío de este articulo para los lectores de Notas Agropecuarias Venezuela.

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