lunes, 15 de febrero de 2010

El Matatoros de La Guanota


La historia de "El Matatoros de La Guanota" es el relato de la exitosa cacería a mediados de los 90, por los amigos Rafael Hoogesteijn y Hermann Zingg, de un gigantesco búfalo alzado en una zona de calcetas (sabanas rodeadas de bosques) en el hato La Guanota del estado Apure. Según Hoogesteijn, El Matatoros de La Guanota que pesaba entre 1.000 y 1.200 kg, "mató alrededor de 15 búfalos mansos, además de cuatro caballos de los enlazadores que querían capturarlo (algunos de ellos corneados y matados debajo de las piernas de sus jinetes, quienes rápidamente se encaramaban en el árbol más cercano para no ser blanco de los impresionantes cachos de este gigantesco ejemplar)." "Muchos grupos de cazadores de Caracas durante años viajaron a La Guanota para tratar de tirarlo y el búfalo bellaco e inteligente siempre los burlaba."

Del relato de Rafael, El Matatoros de La Guanota, murió de tres tiros. El primero fue suyo con un rifle calibre .350 Magnum: "En el momento en que el búfalo sube al banco saliendo del agua y queda un poquito por arriba del nivel de las búfalas, yo paro la carrera, levanto el rifle y le disparo, tratando de apuntar por encima del lomo a la parte posterior del cuello. No tenía mira telescópica sino una mira normal y a esa distancia con un blanco en movimiento y yo frenando justamente de una larga carrera, le pegué‚ un poco más abajo y descentrado a la derecha perforándole una nalga a un lado del sacro. El búfalo pegó un salto y siguió corriendo."

Los otros dos tiros fueron de Hermann, con un rifle calibre 9,3 x 74: "Hermann estaba preparado para la llegada del búfalo ya que había escuchado mi disparo y ya le había pasado una búfala vieja seguida de un bucerro por el paso, cuando sintió el tropel del búfalo padrote que venía a toda carrera, por la costa del caño, bordeando la selva de galería para llegar al paso y doblar a la derecha para cruzar el caño. Hermann estaba detrás de un pequeño samán y en el momento que llega el búfalo al paso, Hermann sale detrás del árbol apuntándolo con el Express. El endiablado, en vez de buscar hacia el paso y virar a la derecha, ofreciéndole a Hermann un blanco fácil de perfil, al verlo no dobló, sino que se le vino encima, con toda la intención de llevárselo en los cachos. Era natural que ya viniera furioso, con la banderilla mía en el trasero, los dos enlazadores que le salieron en el primer paso y ahora le sale de frente este otro tipo armado. El búfalo probablemente presintió que si huía de todos modos no tendría escapatoria, por lo que prefirió embestir. Al írsele encima a Hermann, como a unos 15-20 metros, éste le dio el primer frutazo (tiro) ligeramente de lado en la zona del codillo, el búfalo dio un enorme salto como de 2 metros en el aire pero no se desploma al suelo sino que apenas puso pié en tierra continuó la embestida en carrera, por lo que Hermann le dio el segundo frutazo (tiro) a pocos metros de su humanidad y se quedó sin balas y no tenía ya tiempo de recargar, como el búfalo continuó su embestida como si nada y se le venía encima, no le quedó más remedio que con el brazo izquierdo que tenía libre, colgarse de una de las ramas del Samancito y tirarse hacia atrás. El cuerno derecho del búfalo pasó rozándole a pocos centímetros de la barriga. Hermann no quiso soltar el rifle para colgarse con las dos manos, para poder recargar si hacía falta, por lo que se raspó todo el antebrazo izquierdo con la corteza del árbol y el giro que dio (sosteniendo el rifle con la derecha para no quedar desarmado)."

"El búfalo afortunadamente no se devolvió para cornearlo, sino que con el impulso que llevaba pasó y atacó a Benjamín que estaba en su línea recta de carrera, detrás de un guásimo, al cual el búfalo le dio una fuerte
cornada de tal manera que el árbol se estremeció fuertemente y le quedó al búfalo una gran esquirla de la corteza incrustada en el cuerno derecho. Afortunadamente el árbol aguantó la embestida. Me imagino la
impresión de Benjamín detrás del guásimo (que no es un árbol grande), al ver a la locomotora del búfalo venírsele encima a cornearlo, después de atacar a Hermann, nada mas con un tronco de unos 30 cm de diámetro de por medio."

"Después el búfalo continuó su carrera. Hermann y Benjamín (el caporal) lo escucharon cruzando un pequeño caño que había más allá y después escucharon fuertes bramidos como quejidos del búfalo agonizante. Fueron allí y efectivamente como a los 200 metros después de cruzar el otro caño, fue que el búfalo cayó muriéndose."

Ref. Rafael Hoogesteijn. El Matatoros de La Guanota. Relatos de cacería de búfalos. Apure, Venezuela. 1997.

No hay comentarios.: