martes, 15 de junio de 2010

La prioridad es proteger a los consumidores no a los pillos

Comprobado tras el escándalo del descubrimiento de miles de contenedores y toneladas de alimentos importados por la empresa estatal PDVAL, en condición de podridos y vencidos, el enorme desorden administrativo oficial existente en Venezuela en el control de las importaciones de alimentos, demanda su inmediata corrección. En ese sentido, deben adoptarse las directrices del Codex Alimentario y muy en particular aquellas sobre sistemas de control de las importaciones de alimentos (AC/GL 47-2003), cuyas principales características serán las siguientes: • Los requisitos para los alimentos importados serán coherentes con los requisitos exigidos para los alimentos nacionales; • Las responsabilidades estarán claramente definidas para la(s) autoridad(es) competente(s); • La legislación y los procedimientos de aplicación estarán claramente definidos y serán transparentes; • Prioridad de la protección de los consumidores; • Existencia de disposiciones para el reconocimiento, por parte del país importador, del sistema de control de alimentos aplicado por la autoridad competente del país exportador; • Aplicación nacional uniforme; • Aplicación que garantice que los niveles de protección alcanzados son coherentes con los aplicados a los alimentos nacionales.


El Manual de Control de la Calidad de los Alimentos. Inspección de los Alimentos Importados, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (Estudios FAO: Documento sobre la Alimentación y Nutrición Nº 14/15, 1993) y el Manual para la inspección de alimentos importados (1992) de la Organización Mundial de la Salud/ Centro Regional del Pacífico Occidental para el Fomento de la Ordenación del Medio y Estudios Aplicados (PEPAS), aportan valiosa información para las personas que se ocupan de la formulación y re-formulación de los sistemas de control de la importación de alimentos.

Ciertamente, en el caso PDVAL la prioridad es proteger a los consumidores, no a los pillos, por eso es vetado esconder y menos reprocesar los alimentos vencidos para distribuirlos. Con la inmediatez de lo urgente, el Estado debe adoptar y aplicar las directrices del Codex Alimentario. De los truhanes y cómplices en este fraude a la Nación, ya se encargará debidamente la justicia cuando se independice.

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