
Examinando los recientes resultados electorales en Venezuela, se confirma la desproporcionalidad del sistema como modificado, para el mayor ventajismo oficial. Así, el partido de gobierno con 5.399.574 obtuvo 98 diputados y la oposición y disidencia con 5.642.553 votos obtuvieron apenas 67 diputados (65+2). En pocas palabras: con menos votos el gobierno obtuvo mucho más diputados. Sin embargo, mientras la oposición y la disidencia obtuvieron menos diputados estos tienen más representatividad ciudadana. Un diputado oficialista representa apenas 55.097 electores en base al número promedio de votos que necesitó para ser elegido, mientras que un diputado opositor y disidente representa a 84.217 electores. Ciertamente la nueva Asamblea Nacional tendrá que revisar este sistema electoral para que cese el ventajismo a favor de cualquier partido o tendencia, y el electorado, o sea el pueblo, en justicia, esté adecuada y proporcionalmente representado. Por otra parte, los productores y técnicos del campo debemos revisar la participación y envolvimiento político para futuras elecciones de Asamblea Nacional. En esta elección, apenas cinco productores y un relacionado al sector agropecuario lograron alcanzar la diputación. Afortunadamente, aunque pocos, los elegidos del campo tienen la suficiente vocación, preparación y experiencia para defender y promover al sector agrícola desde la legislatura nacional. Allí están dos ex-presidentes de FEDEAGRO: Hiram Gaviria y José Manuel González; uno de CONINDUSTRIA Eduardo Gómez Sigala (confiscado de su finca en el Valle del Turbio por el MAT/INTI) , junto a Juan Romero, Freddy Paz e Ismael García. De ellos dependerá en gran parte que la nueva Asamblea adapte y adopte una política agrícola moderna cónsona con una Venezuela que debe insertarse definitivamente en la economía global. Por sobre todo, que vayan trabajando en la nueva ley que deberá sustituir ese engendro dañino y maligno de la Ley de Tierras y acabará con el INTI su verdugo ejecutor que acaba con la propiedad y la inversión privada a punta de fusil, por lo que tendrá pronto que derogarse antes que las fincas privadas que son las únicas que todavía aquí producen, desaparezcan en manos del Estado. A todos ellos con esta Nota Agropecuaria les deseamos éxito. El campo venezolano no espera menos de ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario