En 2009, el número de personas hambrientas en el mundo alcanzó el record de 1.020 millones, debido principalmente a las complejas circunstancias económicas que afectaron de forma especialmente negativa a los pobres. Invertir en agricultura y en desarrollo rural de una forma lo más efectiva posible es el medio para proporcionar más alimentos a un mayor número de personas y mejorar el modo de vida de las poblaciones rurales para que los pobres puedan adquirir los alimentos que necesitan.
Ciertamente invertir en el agro es crucial, pero en el caso de Venezuela, con esta nota precisamos este julio de 2011, que para sucederse las necesarias nuevas inversiones en la agricultura y pueda el país entonces aumentar sustancialmente la producción agroalimentaria, deberá primero restablecerse plenamente el respeto al derecho universal y constitucional de la propiedad privada, así como cesar las políticas de depojos agrarios, de controles de precios y de la nefasta agricultura de puertos.
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