Para ese entonces escribí el artículo “Hace falta un Ministerio de Agricultura” (El Universal, Caracas 11 de octubre de 2000), señalando: “¿En qué piensan los nuevos conductores del Estado, que no caen en cuenta del grave deterioro de la producción agropecuaria y la enorme dependencia en agroimportaciones? ¿Cómo creen poder revertir esta situación en el menor plazo, relegando a la agricultura y a los agricultores en plano segundón? Inclusive referí el perfil de un ministro de Agricultura: “un empresario del campo con dotes políticos; un empresario exitoso del sector, una persona que tenga una visión moderna y sepa qué está pasando en el campo a nivel nacional e internacional; un agrónomo que conozca las necesidades del país; una persona que identifique las necesidades reales y proyecte un horizonte de largo plazo para que los productores y empresarios del sector puedan tener certidumbre en sus planes de desarrollo”.
A poco se creó el Ministerio de Agricultura y Tierras – MAT , pero desvirtuado y dedicado a acabar con el campo, sin que ninguno de sus titulares hasta el actual, reuniera el perfil. Por eso para servir al campo y al país donde la agricultura sigue pendiente, hace falta un verdadero Ministerio de Agricultura, tal como en 1936 ejemplarizó el doctor Alberto Adriani, primer titular del MAC .
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