martes, 2 de agosto de 2011

El maíz de nuestros hijos y nietos

Este agosto de 2011, mientras los 5 ministerios que manejan el control de precios en Venezuela le dan larga al ajuste de la harina precocida de maíz,  regulada desde noviembre 2010 al precio todavía vigente de 3,37 BsF/kg, pareciera ignorarse  la necesidad de la industria maicera de cubrir sus costos, incluyendo de primero el pago del nuevo precio del maíz al productor que de 1,15 BsF/kg regulado en septiembre 2010, desde mayo 2011 el gobierno aumentó 30.43% a 1,50 BsF/kg. 
Siendo el maíz el cultivo más importante de todo el sector agrícola vegetal en Venezuela y además considerado como rubro estratégico por su importancia a la dieta tradicional del venezolano, se entiende entonces que todo lo que afecte el buen funcionamiento de la industria del maíz se extiende a la producción, al consumo y viceversa. En consecuencia mal se procede cuando se ajusta el precio del maíz al productor y se deja para después el de la harina precocida, base de las obligadas arepas y empanadas de la dieta del venezolano.

De más señalar aquí que un kilo de harina precocida de maíz da para 20 arepas, resultando tan económicas al consumidor, que 50% -100% de incremento, que no es lo que está planteado, no afectaría la demanda de los consumidores.

Por otra parte es equivocado buscar exclusivamente por la vía del control, la reducción del precio de los alimentos y sus materias primas, cuando hay todavía mucho que hacer en el país en materia de elevar la baja productividad, que obviamente incide directamente en mayores costos que a sus vez obligan a mayores precios.

Así por ejemplo, en Venezuela la productividad del maíz sigue siendo muy baja, siendo el rendimiento promedio nacional por hectárea de 3.291 kg  durante el período 1999-2007. Esto es la mitad del rendimiento promedio de la semillas de maíces híbridos nacionales analizadas en el mismo período que fue 6.706 kg/ha, y un tercio del potencial que ofrecen las semillas híbridas importadas.
De manera que hay mucho que hacer para bajar costos sin necesidad de controles. En ello el aumento de la productividad es fundamental y en cuanto a la producción nacional, siempre tendremos presente que el maíz de nuestros hijos y nietos no puede faltar.
 

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