"El costo de un producto o de un servicio depende de la cantidad, la eficiencia, la tecnología empleada, sueldos cancelados; precio y acceso a materia prima e insumos, impuestos y controles, alcabalas y obstáculos con los que este gobierno abruma a su pueblo. Todo es variable, ¿cómo pueden ser únicos los precios?
Quien produce un bien o presta un servicio a pérdida, al poco tiempo estará arruinado y sus trabajadores sin empleo. Cuando se aplique la ley, empresas y personas dejarán de producir, primero los pequeños que no podrán disfrutar de las ventajas del volumen de producción. Cuesta más producir tomates en una hectárea que en 50, es más costoso por unidad; el viaje de un camioncito 350, que en uno de 30 toneladas. Existen diferencias en la calidad de los productos, envases, etiquetas, velocidad con la que son vendidos, impuestos municipales, calidad del asfaltado y suministro de electricidad. Una década de inflación y escasez, fuga de talento, malos servicios y otras desgracias deberían haber enseñado algo, pero ocurre lo contrario. Más escasez y elevada inflación parecen inevitables."
Ref. Carlos Machado Allison. Más leyes, menos comida. El Universal. Caracas, martes 2 de agosto de 2011. Opinión .http://www.eluniversal.com/2011/08/02/mas-leyes-menos-comida.shtml
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