domingo, 21 de agosto de 2011

La producción de carne en vías de liquidación

"Cuando el venezolano habla de carne, privilegia la carne de res, el consumo de la carne de pollo se ha estimulado por precios bajos. El documento publicado en la Gaceta Ganadera denominado Evolución de las Cadenas Agroproductivas Pecuarias del Dr. Jorge Ordoñez nos sirve de sustrato para elaborar este editorial. Si bien se benefician animales bovinos provenientes de los diferentes componentes del rebaño nacional, que incluye el destinado a la producción de leche y el doble propósito, existe un componente clasificado como rebaño de carne que comprende entre siete a ocho millones de cabezas y que ocupa suelos de inferior calidad en cuanto a relieve, fertilidad, drenaje o precipitación y que abarca entre 5 a 8 millones de hectáreas de pastos cultivados.

La existencia de toda una actividad dedicada a la producción y comercialización de carne de res está destinada a la oferta de carne despostada y a productos intermedios. El desarrollo de la ganadería de carne ha estado dirigido a ofrecer productos de alta calidad biológica y de agrado al consumidor. Por estas razones se han desarrollados razas especializadas, cuya carne reúne características superiores en cuanto a sabor y terneza pero que además expresan un crecimiento mayor y más precoz. Estas razas, originadas en climas templados, son más exigentes en su alimentación y más sensibles a los efectos de altas temperaturas y humedad ambiental y requieren mayor protección contra las enfermedades que afectan a la ganadería tropical. Por estas razones la ganadería en ambientes tropicales ha construido modelos que incorporan razas originarias del trópico, capaces de resistir temperaturas y humedad propias del clima y que por selección natural expresan mayor resistencia a las enfermedades y plagas existentes en estos ambientes, Pero sacrifican capacidad de crecimiento y calidad de la canal. Sin embargo, es deseable la existencia de sistemas de clasificación que considere edad, sexo y distribución de la grasa así como disponer de información relativa a los procesos y cuidos recibidos a través del proceso productivo.

En el país hemos tenido políticas que diferenciaban calidad de la canal, especialmente en razón de edad y sexo, con poca valoración económica a calidad de canal por tipo racial, marmoleo y otros atributos. Hoy día estas diferenciaciones han quedado prácticamente abolidas como consecuencia del precio que no discrimina calidad.

En el análisis de esta actividad es más preocupante la magnitud en la producción nacional por cuanto entre 1998 y 2009 hubo una fluctuante pero decreciente tendencia. La ausencia de estadísticas oficiales sobre la producción de los años 2009 y 2010 constituye una grave omisión que compromete cualquier proceso de planificación para el desarrollo del sector.

La información reportada por Ordoñez indica una producción de 442. 654 TM en el 2006 que desciende a 270.00 para el 2009 y que se explica por una reducción del número de animales beneficiados por cuanto se mantiene el promedio de 240Kg de peso en canal. La reducción en la producción tiene lugar en un tiempo durante el cual se promulga y aplica, incluidas tres reformas, la ley de tierras, se aprueban regulaciones de precios, se elimina la clasificación de la canal, ocurren importaciones exoneradas de impuestos y con $ preferenciales, se incrementa la inseguridad personal y jurídica y aumentan las exigencia a los productores con consecuencias expresadas en desinversión, disminución de la productividad, aumento de la desconfianza y una reducción de insumos y servicios que configura un círculo de menor rentabilidad, reducción de la reinversión y en fin, de la sostenibilidad de la actividad.

La reducción de la producción ocurre  de manera paralela y en gran medida como consecuencia de la importación desde el exterior. Entre 1998 y el 2004 existió una importación estimada en un 5% de la oferta nacional de recortes grasos requeridos por la industria para la confección de hamburguesas. La importación de 746 TM de 2003 asciende a 345.000 TM en 2008, la mayoría proveniente de Brasil y Nicaragua, ingresando en menor cuantía carne deshuesada desde Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile y llega a representar más del 50% del consumo nacional, ya que para el año 2010 se estima un beneficio endógeno de 445.245 TM contra 531.482 importadas, ubicándose el consumo en 19,5Kg/cápita.

La información disponible indica que de cada 100 Kg de carne de res disponible en Venezuela solo 48 corresponden a producción nacional. Igualmente destaca que sin un cambio radical de políticas que estimule la producción nacional y racionalice las importaciones la liquidación de la producción nacional de carne se materializará en pocos años."

Ref. Juan Troconiz. La producción de carne en vías de liquidación. Panorama Agroalimentario. Editorial #125. Maracay 21/08/2011

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