
En Venezuela y Argentina la noticia se recibe con gran preocupación, especialmente entre los agentes y comisionistas en ambos países que dominan los millones de dólares subsidiados de Cadivi de las importaciones oficiales y privadas de carne de vaca desde ese destino. También descubre el Gobierno su debilidad en la dependencia de carne de vaca importada para el abastecimiento de sus programas populistas y teniendo que enfrentar dentro de seis meses las elecciones de gobernadores y alcaldes que tanto le preocupan.
También las plantas procesadoras de pollos están paralizadas lo que afecta las exportaciones argentinas de pollo a todos los destinos, aún cuando no se conoce si se suspenderán aunque se da por sobre entendido.
Como vemos la agricultura de puertos que tanto se promueve en Venezuela, no es nada segura.
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