
"En 1979, Luis Avilán R., publica el trabajo "Los suelos de los Llanos Occidentales de Venezuela clasificados en base a su fertilidad". Constituye una clasificación interpretativa que se fundamenta en la identificación de los factores edafoclimáticos limitantes, que condicionan el comportamiento de los cultivos. Para la aplicación de esta clasificación, se toman los resultados analíticos correspondientes a la caracterización físico-química de perfiles representativos de suelos de un área dada, en este caso los Llanos Occidentales. Este trabajo marcó pauta y posteriormente la misma metodología fue aplicada por otros autores, en diversas regiones del país, más no son publicados en forma de artículos de revista.
Otro trabajo de ámbito nacional, que por su relevancia se ha convertido en material de referencia, el de las "Principales limitaciones y potencial agrícola de las tierras de Venezuela", la cual se fundamenta en el estudio disponibilidad de tierras agrícolas de Venezuela de COPLANARH que se hizo con motivo de la publicación "La Agricultura Deseable, una proyección al año 2000", enriqueciéndolo con los resultados de nuevos trabajos realizados hasta 1978. Constituye un estudio clave para su momento, porque lleva implícito un desarrollo metodológico, además de conceptualizar los criterios de aridez, relieve excesivo, baja fertilidad y mal drenaje que afectan las tierras en Venezuela. Al mismo tiempo, establece y define las premisas sobre uso potencial de las tierras teniendo en cuenta un cierto nivel de empleo de tecnología. Dentro del trabajo se cuantifican y plasman en mapas a color el 2% de tierras sin limitaciones; 44% con tierras con excesivo relieve; 32% de tierras cuya limitante fundamental para el crecimiento y óptimo rendimiento de cultivos es la baja fertilidad, 18% con limitaciones de drenaje desfavorable y 4% de tierras localizadas en zonas áridas. Este artículo fue preparado por J. Comerma y R. Paredes.
Los investigadores Pedro Brito y Antonio Sánchez establecieron criterios técnicos que dieron lugar en su momento a la expansión de las áreas a sembrarse con pino Caribe, en la región Oriental del país, y a estudios de evaluación de tierras para el cultivo del naranjo en los Valles altos de Carabobo, a solicitud de la Dirección de Recursos Naturales, Ministerio de Agricultura y Cría. Criterios técnicos que se hallan aún vigentes, y cuyos resultados sin duda tuvieron un impacto económico sin precedentes al contribuir a la expansión de más de 600.000 hectáreas de pino, sembrados por CVG-Proforca, sobre los suelos con las mejores aptitudes para permitir el crecimiento y desarrollo de esas plantaciones bajo condiciones óptimas de conservación de la humedad en el suelo. En el caso del naranjo, se determinan como factores limitantes de la productividad de ese rubro la presencia de capas compactadas a una determinada profundidad que limitan el óptimo desarrollo de las plantaciones en los Valles Altos de Carabobo.
El volumen importante de información sobre suelos que se publicó en Agronomía Tropical, y las tendencias detectadas en esta reseña en cuanto a cantidad y calidad de los trabajos publicados en estos 50 años, tienen que ser un factor de estímulo para que los nuevos contingentes de investigadores en suelos y agroclimatología, continúen generando los resultados que conlleven a la máxima producción de alimentos de calidad, y al mismo tiempo aseguren la conservación y sustentabilidad de los recursos naturales renovables de que dispone el país."
Ref. Julia Gilabert de Brito. El estudio de la ciencia del suelo en 50 volúmenes de Agronomía Tropical. Agronomía Tropical 51(4): 467-484. 2001
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