viernes, 7 de mayo de 2010

La agricultura del siglo XXI


De gran interés para todos en la agricultura, son la recopilación del escritos sobre La Agricultura del Siglo XXI, publicados en la edición de marzo 2010 del eJournal USA Volumen 15, número 3. En ellos se exploran cómo las proezas técnicas del siglo XXI y la habilidad en la agricultura son la clave para alimentar a las crecientes poblaciones del futuro. Y recuerdan que “La brega más difícil para la humanidad ha sido la lucha por alimentarse”. Entre los escritos destaca, el titulado “Agricultura en el mercado global" que aquí reproducimos, por C. Peter Timmer, un economista destacado en los campos de la economía agrícola y del desarrollo. Ha sido profesor en las universidades de Stanford y Cornell, así como en la Universidad de California en San Diego. Leamos:


La globalización creciente de la agricultura y el papel dominante de los supermercados resultante benefician a muchos pero perjudica a otros. Quienes influyen en el mercado global del siglo XXI deberían tratar de distribuir sus cargas de manera equitativa, al mantener sus ganancias verdaderas, que les permitan a millones de personas acceso a una variedad más grande de sustento saludable y más asequible.

Por su propia naturaleza la agricultura es principalmente una actividad local, enraizada en el suelo. La mayor parte de los mil millones, o más de agricultores del mundo, viven a poca distancia de los cultivos que atienden y comen. La evolución conjunta de las sociedades humanas y las especies cultivadas ha conducido a una adaptación extraordinaria a ambientes específicos y ha creado sistemas de cultivo sumamente sofisticados que pueden satisfacer las necesidades nutricionales de los miembros de la familia. La agricultura localizada es todavía la norma para la enorme mayoría de las personas pobres del mundo.

Los economistas han visto esta dependencia desde hace mucho tiempo como una causa de la pobreza y no como un accidente histórico. Sostienen que la agricultura limitada a los cultivos nativos, nutrientes del suelo que se consiguen localmente y mano de obra familiar son una receta para la pobreza y la malnutrición. Llegan a la conclusión de que la autosuficiencia de alimentos locales empobrece a las familias individuales y a la economía en general. Se dieron dos premios Nobel de economía por esta perspectiva en 1979, a T.W. Schultz por subrayar la necesidad de contar con tecnologías nuevas para superar la pobreza familiar rural y a W. Arthur Lewis por su énfasis en el papel de la modernización agrícola como aporte crucial para el desarrollo económico general.

Mercados globalizados
Las interacciones del mercado entre las familias agricultoras y urbanas son la clave para resolver ambos problemas. Sin embargo, los mercados no sólo aportan acceso a una tecnología mejor y más eficiencia sino que también traen riesgos nuevos: las fluctuaciones de precio pueden tener un efecto adverso en la dura labor de los agricultores y dejarlos endeudados. Al mismo tiempo las economías urbanas dinámicas les ofrecen a los agricultores, y especialmente a sus hijos, la posibilidad de una vida nueva en la ciudad. La expansión de los mercados a una escala global multiplica las oportunidades, opciones y riesgos a nivel rural y nacional.

La globalización de los mercados no es nueva. Quienes vivimos en Estados Unidos hemos dependido de los mercados globales desde hace siglos: nos proveen nuestro café, té y especias, por ejemplo, y compran nuestros excedentes de cereales, tabaco y aceites vegetales. Otras partes del mundo se han conectado de manera similar desde los comienzos del crecimiento económico moderno. Los precios del trigo en la Inglaterra del siglo 18 estaban vinculados directamente con los precios en los puertos bálticos; los precios del arroz en Calcuta y Bombay, e incluso París, estaban relacionados con los precios en Rangún y Saigón. El comercio de productos agrícolas a larga distancia beneficia a la gente en ambas partes de la transacción.

Aún así, la rueda moderna de globalización es más amplia y profunda que lo que se haya visto en los siglos XVIII y XIX. La integración rápida de los mercados de productos ha sido estimulada por tres revoluciones:

• La revolución de las tecnologías agrícolas, que permite técnicas de cultivo y cosecha altamente productivas y especializadas;
• La revolución de las comunicaciones y del transporte, que permite a los compradores y vendedores conectarse rápidamente y a bajo costo a través de distancias enormes;

• La revolución de las condiciones de vida globales, que ha traído miles de millones de consumidores nuevos en un mundo de compras discrecionales.

La globalización moderna es el resultado del progreso en el suministro, comercialización y demanda.

La globalización agrícola, impulsada por estas fuerzas, decide la dieta de los consumidores y a las prácticas de los productores agrícolas. Los primeros se benefician de la disponibilidad pronta y asequible de alimentos más diversificados, una cornucopia que llega mucho más lejos de lo que puede brinda la producción agrícola nacional. Los consumidores europeos tienen acceso diario a habichuelas frescas de Kenia; los consumidores estadounidenses disfrutan de espárragos peruanos frescos durante el invierno. Los sistemas de transporte de bajo costo y la caída de las barreras comerciales ofrecen a muchos consumidores una canasta de mercado que recoge la bonanza y diversidad de todo el mundo.

Al mismo tiempo la globalización puede incentivar a los agricultores individuales a especializarse en un solo cultivo incluso mientras los sectores agrícolas nacionales en general puedan diversificarse más. A menos que las condiciones agro ecológicas sean casi idénticas en todo un país, los agricultores – debido a recursos, calidad del suelo y un número de otros factores – desarrollarán una ventaja competitiva al especializarse en una clase particular de cultivo. Utilizan sus recursos agrícolas más eficientemente al especializase en ese cultivo. Esta especialización más ajustada es congruente con la diversidad más grande a nivel nacional debido a la comercialización de la agricultura y al comercio internacional de productos alimenticios.



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