Maturín, septiembre 7 al 12, 1814: con “1.000 jinetes y 250 fusileros” derrota a “6.500 combatientes entre infantería y caballería” de Morales a quién antes advierte: “El pueblo de Maturín prefiere a la esclavitud el exterminio”. (…) “La talla hercúlea de aquel pujante y colérico soldado adquiere agigantadas proporciones en aquél día de extraordinario esfuerzo, sin duda el más glorioso para él que registra nuestra historia”. (…) A 2.200 hombres muertos, 85 heridos y 900 prisioneros alcanzó la pérdida total de los realistas en aquella desigual batalla (…) “Derrota más completa y vergonzosa, pocas veces habían sufrido nuestros enemigos” (…) “Quince día después de la jornada del 12 de septiembre, el nuevo General en Jefe saluda en Maturín a sus gloriosos compañeros; toma el mando del ejército”
Los Magueyes, noviembre 9, 1814: “solo y sin más apoyo que su extraordinaria valentía, llega a galope y se detiene a veinte pasos de los soldados enemigos, y cual si les hiciera gracia de no aplastarlos a todos con los cascos de su caballo, exclama irguiéndose en la silla con pasmosa arrogancia, a´ la par que blandiendo su ensangrentado sable: ¡campo, campo! ¿no me reconocéis? ¡Yo soy Bermúdez!” Sorprendidos sus contrarios de tanto atrevimiento, se abren en alas y le dejan pasar.”
Ref. Pedro E. Piñate B. ¡Yo soy Bermúdez! Notas Agropecuarias Venezuela. 5 de julio de 2011
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