
Como quiera que las vacunas utilizadas contra la Brucelosis bovina (Cepa 19 y RB51), los agentes y cultivos diagnósticos representan un potencial riesgo de infección para los seres humanos, su uso y aplicación debe ser restringido a los médicos veterinarios en ejercicio y los laboratorios diagnósticos debidamente preparados y certificados para cumplir con todas las normas y medidas de bioseguridad para laboratorios diagnósticos y bioquímicos.
Por todo esto es extraño, que el Ministerio de Agricultura y Tierras - MAT, responsable de velar por la salud animal a través del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral - INSAI, permita que el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas - INIA, distribuya ahora directamente desde su Planta de Inmunobiológicos a través de las llamadas Agrotiendas, el antígeno diagnóstico elaborado a base de Brucella abortus, violando así la resolución ministerial todavía vigente sobre el Programa de Erradicación de la Brucelosis bovina.
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