martes, 1 de junio de 2010
Con el hambre y la salud del pueblo no se juega
Muy grave el caso del descubrimiento de 36.000 toneladas de alimentos importados vencidos o descompuestos, localizados en el Centro de Almacenes Congelados (Cealco), empresa filial de PDVSA ubicada en la zona industrial La Belisa, en Puerto Cabello, estado Carabobo. En 1.197 contenedores arrumados, se halló leche, aceite, café, azúcar, mantequilla, sal, arroz y pasta, entre otros productos alimenticios vencidos y descompuestos. Peor aún, las noticias de prensa señalan que “más de la mitad de los alimentos vencidos serán reprocesados para su posterior distribución en los centros de venta de la red PDVAL”. También que “el resto de los alimentos descompuestos “servirá para el consumo animal”. Como quiera que la salud pública es una combinación de salud humana y animal, es definitivamente cuestionable decidir alegremente el uso para consumo humano y animal de estos alimentos mantenidos en contenedores en estado de abandono bajo cuestionables condiciones de almacenamiento y prolongado tiempo, e incontrolables temperatura y humedad ambiental. Más aún destinar estos alimentos de cuestionada calidad nutricional y sanitaria, al auxilio social de los más pobres y necesitados venezolanos, o en la alimentación animal que luego se convertirá en alimento humano. Por eso con esta nota dejamos constancia de la preocupación ciudadana al respecto y la necesidad de ordenar definitivamente la administración de los alimentos sociales. En el caso concreto de PDVAL , el escándalo actual viene precedido de denuncias públicas de corrupción, aparecidas en prensa nacional por compras con sobreprecio a efectuadas en Brasil presuntamente a través de Bariven y su filial en ese país. En el caso actual el Ministerio Público ya ha ordenado la detención preventiva del ex-presidente de PDVAL y las investigaciones continúan. Mientras es extraño el silencio del Superintendente de Silos que nunca supo o supervisó ese importante inventario de alimentos ocultos y acaparados presuntamente por PDVAL, que no los distribuyó a tiempo evitando su descomposición y pérdida del dinero invertido por el Estado en su adquisición. Tampoco dicen nada los ministros de Agricultura, de Alimentación, de Comercio, de Salud, y menos el presidente de PDVSA. A todos ellos el caso debe recordarles que la seguridad alimentaria no es abastecimiento e importación de alimentos a diestra y siniestra: su origen, procesos, calidad, conservación, higiene, almacenamiento y manejo adecuado cuentan. También que la transparencia es obligación de todo funcionario responsable de la administración de dinero público. ¿Por qué PDVAL, MAT o MINAL no publican como hace Alimentos Polar, un reporte quincenal de los alimentos importados o nacionales que manejan? (Descargar en http://www.empresas-polar.com/reportes/files/pdfs/pdf2010043.pdf ) ¿Por qué a PDVAL, CASA, MERCAL, CVA, no se les inspecciona frecuentemente sus inventarios de alimentos como se hace a la industria y el comercio privado? Solo a a las instalaciones de Alimentos Polar se realizaron 604 inspecciones oficiales desde enero 2008 hasta el 25 de abril 2010, por lo que en promedio, el Ejecutivo Nacional visitó sus instalaciones 22 veces al mes. Si a Cealco y PDVAL se le hubiera inspeccionado con la frecuencia debida, este insólito y vergonzoso caso de 36.000 toneladas de alimentos perdidos de PDVAL nunca hubiera sido posible. Por eso el país espera que las investigaciones lleguen a la cabeza en el establecimiento de las responsabilidades, porque con el hambre y la salud del pueblo no se juega.
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