Desde Roma, con respecto a la carne informa la FAO que está previsto que los elevados precios de los piensos, los brotes de enfermedades y el agotamiento de las existencias de ganado limiten la expansión de la producción mundial de carne en 2011 a 294 millones de toneladas, tan sólo un uno por ciento más que en 2010.
El Índice internacional para el precio de la carne alcanzó un nuevo récord con 183 puntos en mayo 2011 y la combinación de una fuerte demanda importadora y una disponibilidad limitada para la exportación apuntaban a una mayor firmeza en los precios durante los próximos meses.
El índice de la FAO para los precios de la carne se ha revisado para que reflejara mejor la estructura del comercio mundial de los productos cárnicos. La revisión mostró que en enero de 2011 los precios de la carne vacuna habían superado las cotas máximas alcanzadas en septiembre de 2008. El nuevo índice de los precios de la carne internacionales es más volátil que el anterior, registrando un aumento mucho más pronunciado a mediados de 2008 y un descenso mayor durante la crisis financiera posterior.
Mientras en Venezuela el control de precios del ganado y la carne de res vigente desde agosto 2008, desafía la realidad del mercado internacional de la carne en franca alza. Esto sin beneficio alguno de los consumidores pues el mercado se encuentra anormalmente desabastecido, los precios regulados no se cumplen y los corrientes triplican los nivel de control. También la calidad de la carne importada deja mucho que desear y la producción nacional ganadera sufre un enorme estancamiento con caída de la oferta interna, al superar los costos de producción el precio regulado hace 34 meses.
Ciertamente el Gobierno puede pero no debe seguir dándole larga al reajuste de precios del ganado y la carne, pues solo multiplicará los problemas del desabastecimiento y estimulará el alza de precios al detal por efecto directo de la menor oferta nacional al seguir cayendo la producción.
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