
Temprano este junio 2008 la realidad de un economía inflacionaria no hubo manera de maquillarla y el acumulado del Indice de Precios al Consumidor al 31 de mayo hizo trizas la meta anual señalada por el Gobierno. Así es que los precios en Venezuela se dispararon y no regresan. En el caso del ganado y la carne rompieron hace rato la barrera de los controles. Caso contrario no hubiera ya carne en los detales. Sin embargo el aumento de los precios corrientes al detal ya no son más proporcionales a los del ganado gordo en pie y la carne en canal, ignorándose en la cuentas oficiales que se sacan con toros y novillos gordos, y que no reflejan el menor precio de las vacas en pie y en canal que luego se venden a igual precio que el toro o novillo gordo. Esto porque los controles de precio desecharon los esquemas de calidad al preciar la carne al mismo precio indistintamente de si es de dura vaca o tierno novillito, pero si se le aplica al ganado sujeto a la clasificación en los mataderos. Y en cuanto a los denominados cortes de carne parrrilleros exentos de regulación, el ingreso extra se lo reparten las despostadoras de carne y los carniceros porque al ganadero de esta carne exceptuada de liberación que sale de la misma canal regulada que le liquida el matadero, no le toca nada.
Por eso este junio 2008 sigue la liberación del precio del ganado en pie y el reajuste de la carne en canal y al detal a la espera de que los ministros controladores del Gobierno asuman su responsabilidad y sinceren una situación anómala que afecta a la cadena cárnica y a todos los consumidores. Así los precios al detal varían entre detales en amplísimo rango de precios por encima de la obsoleta regulación, y la calidad de la carne nacional o importada deja mucho que desear por los precios pagados.
En estas circunstancias es muy criticable la actitud gubernamental de seguir excluyendo a la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela - FEDENAGA que genuinamente representa a la mayoría del sector productor pecuario, y no tiene interés ni busca licencias de importación ni dólares de Cadivi que se sepa, para comprar ganado o carne en el exterior, como si todos los que están siendo invitados a las reuniones en la Vicepresidencia de la República.
La grave situación que vive la producción ganadera nacional y que se refleja en la incapacidad actual de suplir la demanda con mayores volúmenes, requiere sin dudas del concurso de todos los actores de la cadena cárnica y del Gobierno. Pero el concurso no puede estar supeditado a hacerles loas al Gobierno cuya responsabilidad en la crisis de la producción y el abastecimiento es directa e innegable. Tampoco dirigido a gestionar créditos, licencias, dólares de Cadivi y otras prebendas tal como descaradamente hacen los pseudo dirigentes de los gremios oficialistas.
Mucho menos a aceptar callados toda esa retórica demagógica y populista que nos ha llevado a la crisis que vivimos los venezolanos. De allí que el lunes de esta semana cuando el ministro de Agricultura declaró muy categóricamente que "El Gobierno Nacional ratifica su compromiso de colocar a Venezuela como país libre de aftosa para el año 2009", sorprendió a todos los que por estudios y profesión conocemos y luchamos contra esta contagiosísima enfermedad del ganado endémica desde 1950 en Venezuela, porque a menos que también el ministro sea sea mago y use una varita mágica, es que podrá en un año el Gobierno erradicar la fiebre aftosa del país.

Así que mejor ofrece algo más posible a la medida de sus posibilidades pues el oficio de ministro no se trata de sacar conejos escondidos de un sombrero, por lo que mejor se emplea el ministro en darle un mínimo de transparencia a su gestión al frente del Ministerio de Agricultura y Tierras y su Servicio Autónomo de Sanidad Agropecuaria. Para allo puede empezar esta misma semana publicando los diagnósticos 2008 de fiebre aftosa en Venezuela, y también los listados de todos los beneficiarios de licencias sanitarias para importar ganado y carne que se firman en su despacho para luego ir a Cadivi y retirar los cientos de millones de dólares subsidiados que se reparten entonces los desconocidos importadores, sus gestores comisionistas, y por supuesto sus proveedores desde el extranjero. Si así lo hiciere, que Dios y la patria se lo agradezcan, o si no, que se lo reclamen, como hacemos por adelantado y muy respetuosamente este martes 10 de junio de 2008 mediante esta pública nota.
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